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Hace doce años el holandés Gert-Jam Oskam sufrió un accidente de bicicleta y quedó tetrapléjico. Ahora, con 40 años, vuelve a levantarse y caminar, gracias a un «puente digital inalámbrico» entre el cerebro y la médula espinal, que restaura la conexión que se había ... roto entre uno y otro. Instalado por científicos de la Escuela Politécnica y la Universidad de Lausana el circuito es capaz de «leer» las órdenes de movimiento y enviarlos a un tercer dispositivo en la médula espinal.
«Una lesión así interrumpe la comunicación entre el cerebro y la región de la médula espinal que permite caminar, lo que lleva a la parálisis», sostiene el artículo 'Caminar naturalmente después de una lesión de la médula espinal, utilizando una interfaz cerebro-columna vertebral', publicado este miércoles en 'Nature'. «Hemos restaurado esa comunicación con un puente digital entre el cerebro y la médula espinal, lo que ha permitido a una persona con tetrapléjica crónica pararse y andar de forma natural».
La «interfaz» es una rejilla de 8 x 8 de 64 electrodos para estimular y registrar, que están implantados dentro del cráneo y la médula, con funciones que logran imitar la «estimulación eléctrica epidural» necesaria para dar pasos. Así el sistema monitorea en tiempo real las «señales electro-corticográficas de la corteza sensori-motora», mantienen los autores, encabezados por Henri Lorach, investigador de la Ecole Polytechnique Fédérale de Lausanne (Suiza).
El implante craneal está «incrustado dentro de un diámetro de 50 mm, envuelto por una caja de titanio de forma circular que tiene el mismo grosor que el hueso». También consta de dos antenas integradas en un auricular que conecta con los implantes. «Las intenciones motoras decodificadas se convierten luego en estimulación», gracias a un software. Una vez colocados, los dispositivos son invisibles.
El estudio se lleva a cabo desde hace un año, al menos, tiempo requerido para «calibrar» el circuito. Desde su casa y con un equipo permanente de neurorrehabilitación, Oskam informaba a los científicos que tenía el «control natural sobre los movimientos de sus piernas para pararse, caminar, subir escaleras e incluso atravesar terrenos complejos». Incluso «recuperó la capacidad de caminar con muletas sobre el suelo cuando se apagó» el «puente digital», aseguran.
Además de recuperar los movimientos de sus piernas, el paciente también ha vuelto a dominar algunas funciones relacionadas con las habilidades motoras que habían sufrido una especie de atrofia como efecto secundario de la parálisis permanente.
Empeñado en recuperar su andar sin ayuda, Oskam ya había participado en estudios anteriores y ya había logrado caminar antes. «Sin embargo, esta recuperación requería sensores de movimiento portátiles para detectar intenciones motoras a partir de movimientos residuales o estrategias compensatorias para iniciar las secuencias de estimulación preprogramadas», explican. «no era percibido con natural».
Ahora sí hay un «control voluntario sobre el tiempo y la amplitud de la actividad muscular, restaurando un control más natural y adaptativo para pararse y caminar». Algo que ha refrendado Oskam en una rueda de prensa.
Con horas de diferencia se ha publicado otro estudio que también utiliza electrodos en una zona profunda del cráneo para predecir episodios de dolor neuropático. Los científicos de Medicina del Dolor de la Universidad de California en San Francisco (Estados Unidos) intervinieron en la «corteza cingulada anterior y la corteza orbitofrontal» para «decodificar» el dolor.
Lograron, con este método, encontrar «patrones transitorios de actividad asociados con estados de dolor agudo», a partir de las señales que emitía la zona neurológica relacionada con lo cognitivo y conductual.
«Las regiones cerebrales frontales albergan señales importantes que integran las dimensiones somatosensorial, afectiva y cognitiva del dolor», sostiene el estudio «Primera predicción en humanos del estado de dolor crónico utilizando biomarcadores neurales intracraneales», publicado en 'Nature'. Esas señales sirven como biomarcadores para esas situaciones de dolor intenso espontáneo, dicen los autores, lo que puede derivar en tratamientos personalizados.
Los pacientes sometidos a estos implantes eléctricos tenían estas neuropatías de larga duración. Es la primera vez que se realizan en humanos estos «registros neuronales in vivo en regiones corticales clave relacionadas con el dolor».
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