Illunbe abre como primer 'vacunódromo' de Euskadi con 260 profesores y policías

Se trata de la primera experiencia piloto de vacunación masiva, según confirmó ayer la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, quien en una entrevista en EiTB aseguró que, a diferencia de lo expresado hace unas semanas, «si llegan nuevas vacunas y se necesitan grandes espacios para agilizar su administración a la población, se recurrirá a ellos», aunque la «postura ha sido siempre priorizar los centros de salud de referencia».

Personal de Osakidetza, de limpieza y decenas de operarios trabajaban ayer contrarreloj en el 'primer anillo' del recinto, la zona que da acceso a las gradas, para adecuarlo y convertirlo en un centro de vacunación. A 24 horas de recibir a los primeros ciudadanos, se afanaban en colocar la señalética para dividir cada zona, enchufar ordenadores para realizar el registro de vacunados, instalar filas de bancos y sillas para administrar la solución y preparar dos frigoríficos para guardar las dosis -que se pueden conservar entre 2 y 8 grados centígrados-. Los preparados han llegado esta misma mañana desde la Farmacia del Hospital Universitario Donostia.

La subdirectora de Enfermería de la OSI Donostialdea, Eli Barandiaran, explicaba 'in situ' cómo lo han organizado todo, poniendo de manifiesto el reto logístico que plantea este paso, desde el traslado del material hasta el tiempo de espera que se requiere una vez inoculada la dosis, por si se produce algún tipo de reacción adversa como náuseas, malestar o fiebre. «A partir de las 10.00 horas, un celador está recibiendo en la puerta a las personas citadas, que pasan a la zona donde se les vaya a vacunar. Una enfermera realiza el registro de los datos y otra inocula la dosis. Son dos equipos de dos enfermeras, hasta las 17.00 horas. Una vez vacunados, tendrán que esperar unos 15 o 20 minutos en una zona habilitada, donde hay una persona de observación por si alguien se encuentra mal. Una vez transcurrido ese tiempo, salen por la misma puerta pero «rodeando la salida» para evitar coincidir con la fila de entrada.

El turno es hoy para trabajadores de colectivos esenciales, como son los profesores de educación infantil y especial y monitores de comedor, y policías municipales menores de 55 años, «aunque la mayoría será del ámbito educativo». Se espera que este martes se vacune a «cerca de 260 personas y según vayamos recibiendo más dosis se podrá ir vacunando a más gente, dependemos de eso», indicó Barandiaran.

Ese es precisamente el objetivo de esta experiencia piloto, «agilizar el ritmo de vacunación». La subdirectora de Enfermería puso de manifiesto las ventajas de contar con un lugar como Illunbe, donde «se podrían llegar a poner a la vez 20 equipos, dos por cada una de las diez puertas, desde las 10.00 hasta las 20.00 horas. Además, también se podría vacunar a la gente que viniera en coche si hiciera falta», el llamado 'vacunauto', una opción ya en marcha en los tres territorios. «Las posibilidades son muchas», afirmó.

Asimismo, disponer de un amplio recinto resulta un factor clave en la inoculación de AstraZeneca, ya que «el problema con esta vacuna es que una vez administrada hay que esperar a los posibles efectos, por lo que necesitas un lugar donde la gente pueda estar, además de contar con personal que los observe», explicó Barandiaran aunque matiza que «al ser gente joven» no cree que haya complicaciones.