El lehendakari, Iñigo Urkullu, hizo ayer un «llamamiento cívico» a la «autorresponsabilidad» para que la ciudadanía se retire a casa a la una de la madrugada y no vuelva por la calle hasta las seis de la mañana. La imposibilidad del Gobierno vasco de regular ... un toque de queda «quirúrgico» sin reclamárselo a los tribunales, dirigido a los jóvenes hasta 29 años como hubiera querido el Ejecutivo autónomo, llevó al Consejo Asesor del LABI a apelar a la «autorregulación» y la capacidad de «autolimitación» de los vascos para afrontar el último envite del coronavirus, un virus que Urkullu calificó de«cruel». Más allá de las palabras, pocas decisiones, A partir de hoy, toda actividad hostelera y comercial bajará la persiana una hora antes, como muy tarde a la una de la madrugada; y los aforos de actividades sociales, culturales y deportivas perderán las butacas de más ganadas hace solo quince días.
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La «profundización» en el estudio de las posibilidades que ofrece la nueva Ley Antipandemia del Gobierno vasco que Urkullu prometió realizar hace solo dos días no ha tenido un recorrido tan largo como se esperaba. En medio de la mayor oleada de contagios que recuerda Euskadi desde que se desató la actual crisis sanitaria, el Consejo Asesor del LABI se vio forzado ayer a redactar un nuevo decreto de restricciones que ofrece muy pocas novedades con respecto al vigente. Incluye a cambio mucho llamamiento a la colaboración social. Las palabras con las que Iñigo Urkullu cerró su intervención para dar cuenta de los acuerdos adoptados resumen el alcance de los mismos. «El exceso de relajación es el peor criterio de actuación. Esto no se ha acabado», proclamó al término de lo que no dudó en calificar como un «llamamiento cívico» a la lucha contra el virus.
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Novedades, más bien pocas, para un LABI marcado por el mayor zarpazo pandémico que ha afrontado Euskadi en el año y medio que se prolonga la crisis. De quince días a esta parte, plantas de hospital y unidades de cuidados intensivos asisten a un crecimiento paulatino de la presión asistencial, empujada por el inminente estallido del número diario de casos provocado por la variante delta o india. El miércoles fueron 1.801 nuevas infecciones, que contribuyeron a que los ingresados en planta llegasen ya a 172 y los de la UCI a 29.
En términos técnicos, explicó el lehendakari, «hemos pasado del escenario 2» del plan de actuación Bizi Berri IV «en el que nos encontrábamos al 3», que es último. En la práctica, que es lo que interesa, este cambio se traduce en una mayor rigidez sobre los aforos y en el adelanto a la una de la madrugada del horario límite de las actividades comerciales, sociales y culturales. Es decir, bares, restaurantes, cines y teatros.
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El aforo máximo permitido, que desde el pasado día 7 de julio estaba en el 60% de la capacidad, se rebaja a partir del lunes al 35% para todos los locales e instalaciones. Esto significa que a los recintos con tope de 1.600 personas podrán acceder un máximo de 400 y en exteriores, 600. Los que tengan entre 1.600 y 5.000 disfrutarán, por su parte, de un límite máximo de 660 localidades, y 800 en exteriores.
La norma tiene dos excepciones. Una se refiere a las actividades contratadas previamente a la publicación hoy viernes del decreto regulador. La medida no será de aplicación para los espectáculos que, por ejemplo, el teatro Arriaga o el palacio Euskalduna tengan ya apalabrados para su celebración con un aforo determinado. La segunda salvedad se relaciona con los recintos con capacidad para albergar más de 5.000 personas, que deberán conformarse con vender el 20% de sus localidades. Esto significa que si comenzaran las competiciones deportivas de ámbito profesional y la norma continuara vigente, el Athletic debería conformarse con vender 10.666 localidades de San Mamés y el Bilbao Basket, 2.002 de la cancha de Miribilla.
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melchor sÁiz-pardo
El LABI incluyó entre sus medidas un curioso acuerdo sobre el uso de la mascarilla. A partir de hoy, se dice, su utilización será «obligatoria en entornos urbanos transitados» y «siempre que no sea posible el mantenimiento de un metro y medio de distancia de seguridad». También lo será en los locales de hostelería y restauración, en todo momento, tanto en interiores como en terrazas con la única excepción del momento de la ingesta de alimentos o bebidas. Parece algo nuevo, pero es la misma norma que había el día anterior, la estatal. Lo que quiere el Gobierno con esta redacción de la norma es que se usen con el mismo rigor que se exigía antes de su liberalización parcial.
Ya partir de ahí, «autorresponsabilidad» y «autolimitación voluntaria» para que la población colabore con la red de rastreo de casos y, sobre todo, para que las calles de Euskadi se vacíen durante la noche, entre la una y las seis. La ley antipandemia sobre la que Urkullu quería «profundizar» llega hasta aquí. «Pido un esfuerzo más», clamó.
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Las comunidades siguen apostando por los toques de queda como principal arma para contener esta quinta ola, a pesar de que no todos los tribunales superiores están avalando las restricciones nocturnas. A la espera de que el Supremo se manifieste la próxima semana sobre la legalidad de estas limitaciones sin estado de alarma tras el recurso del Gobierno canario, los ejecutivos de Cataluña, Comunidad Valenciana, Navarra, Asturias, Aragón y Andalucía han vuelto a la ofensiva con los toques de queda, endureciendo o tratando de hacerlo, las restricciones nocturnas, sobre todo con vistas a frenar el auge de los contagios en la 'no fiestas' patronales que, con la recta final de julio, están convencidos de que van a prosperar más.
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