La actividad hostelera y cultural se amplía en Euskadi hasta la medianoche desde mañana

Pero el lehendakari quiso también lanzar un mensaje de «prudencia» y, en cierta manera, de advertencia al desvelar que los expertos que le asesoran habían tenido sobre la mesa una propuesta más ambiciosa para flexibilizar aún más las medidas en vigor, pero que la situación actual les había llevado a descartarla. «Posponerla», fue el término que empleó. Habrá que esperar tres semanas más. Entonces, el LABI volverá a reunirse para evaluar la situación. Si para entonces el actual estancamiento en la mejora de los datos se revierte y el escenario mejora con claridad en toda la comunidad autónoma, Urkullu autorizará, por ejemplo, la apertura de bares y restaurantes hasta la 1 de la madrugada y los grupos de hasta 6 clientes por mesas. Sería un paso de gigante en la búsqueda, ahora ya sí que parece definitiva, de esa nueva normalidad a las puertas de un esperanzador verano llamado a ser la tabla de salvación para muchos sectores económicos en Euskadi.

Es lo que Urkullu calificó el pasado domingo como «adecuación progresiva y prudente de las restricciones». Su «modulación y adecuación a la realidad»: si la mejora de los datos epidémicos es lenta, como ahora, así será la flexibilización de las restricciones. Y si es rápida, la normalidad llegará antes. Y ahí el lehendakari puso este lunes de nuevo el acento en la responsabilidad individual de las personas. Habló, por ejemplo, del «uso inconstante de la mascarilla» en bares y restaurantes para argumentar la imposibilidad de aumentar ahora mismo el número de clientes por mesa. «Eso se podrá relajar en tres semanas», reflexionó.

La hostelería deberá conformarse con las medidas acordadas este lunes. Es verdad que no responden del todo con a las exigencias planteadas en las últimas semanas por el sector, pero sí que les da algo de aire. Muy beligerantes en sus demandas, sobre todo al comprobar que sus compañeros de otras comunidades autónomas trabajan desde hace semanas hasta la madrugada, los hosteleros vascos habían redoblado sus protestas para poder trabajar al menos dos horas más y cerrar sus puertas a la medianoche.

Esas dos horas eran clave para poder atender el servicio de cenas, en estos momentos muy residual, y que desde este miércoles volverá a ofertarse de manera generalizada. Urkullu tenía que buscar este lunes el «equilibrio entre la protección del bien mayor de la salud y el menor impacto posible a la economía». Al final pudo más la necesidad de dar aire a esos miles de propietarios y trabajadores inmersos en una profunda crisis desde hace más de un año, muchos de ellos en ERTE desde hace meses. La posibilidad de dar cenas y ampliar así la recaudación diaria aliviará su situación y les permite afrontar con más garantías, por el momento, la campaña veraniega. Lo que de momento no cambiará será la prohibición de consumir en la barra y de pie, al considerarse que es en esas situaciones en las que más peligro existe de contagio.

La ampliación del horario acordada en el LABI beneficiará también a otros sectores de la sociedad vasca, como el cultural, que podrá volver a programar actividades en horario nocturno: sesiones de cine, conciertos, presentaciones artísticas... Además, y en «coherencia» con estos cambios, desde este miércoles también se permitirá ampliar el horario de funcionamiento del transporte público, cuyas últimas salidas serán a las 0.00 horas.

A partir de ahora Euskadi afronta tres semanas clave. Y el lehendakari concretó, algo no muy habitual en él, el parámetro que determinará la entrada en vigor o no de nuevos alivios en las restricciones: el 21 de junio la incidencia acumulada en Euskadi deberá estar por debajo de 150 casos (en estos momentos es de 208 y parece estancada) para afrontar una nueva fase en la desescalada. Si la situación mejora en el plazo de estos 20 días, podrá decretarse, además de la apertura de la hostelería y del resto de actividades hasta la 01.00 de la noche y seis comensales por mesa, la ampliación de los aforos en comercio y centros de culto, ahora reducidos para evitar aglomeraciones de personas. Asimismo, se permitirá aumentar los aforos máximos en eventos a 600 en interior y 800 en exterior; la posibilidad de realizar actividad deportiva en recintos interiores en grupos de hasta 10 personas; ampliar el aforo en piscinas al 60%; y la reapertura de los txokos y sociedades gastronómicas, clausuradas desde el pasado verano, con ciertas limitaciones.

También se estudiará dentro de tres semanas la opción de permitir el acceso de público en eventos deportivos, como ya ocurre en varias comunidades autónomas -este lunes mismo el Baskonia jugó un partido en Valencia con público en las gradas-. Si finalmente llega esa situación a Euskadi, el aforo será del 60% del recinto, con un máximo de 800 personas en interior o de 1.200 en exterior.