Los hábitos de los vascos castigan al sistema sanitario

En el examen de la salud en Euskadi, el plan elaborado por el Departamento que encabeza Alberto Martínez da un toque de atención a los hábitos de un sector de la población. Es más, el informe recalca que las principales causas de mortalidad en el territorio«están asociadas a conductas modificables, como el consumo de tabaco y alcohol, dieta menos sana y escasa actividad física»; factores todos ellos que tensionan Osakidetza.

Para empezar, el consumo de alcohol es alarmante. La comunidad arroja los peores datos del conjunto de España, con un 46,6% de la población que bebe semanalmente, frente al 35,1% del Estado. Más a fondo, y aunque las tasas han descendido en la última década, los consumidores de alcohol de alto riesgo se sitúan en un 16,6% de los hombres y un 11,1% de las mujeres, cifras nada desdeñables.

Todo esto se agrava más si cabe observando las cifras de los adolescentes vascos, de los cuales el 45,1% se ha agarrado al menos una borrachera fuerte en el último año. Las tasas de consumo «son las más elevadas de todo el Estado» en todas las edades, reconoce el documento de Lakua.

Algo similar ocurre con el tabaquismo, que sigue siendo una grave amenaza para el sistema sanitario pese a las prohibiciones e incesantes campañas de las autoridades al respecto. Las cifras constatan que el 17,6% de la población vasca fuma, siendo mayor el consumo en hombres (19,7%) que en mujeres (15,6%). Esto convierte al tabaco en la segunda sustancia psicoactiva más habitual, por detrás del alcohol.

El Departamento de Salud observa también un problema con el cannabis, que es de largo la primera sustancia ilegal más consumida en Euskadi, con porcentajes que, aunque llevan en descenso desde 2006, siguen siendo de los más altos de España, sobre todo entre los más jóvenes. Como muestra de ello, un 24,1% de los estudiantes de 14 a 18 años ha fumado cannabis en los últimos 12 meses. Más allá, el informe advierte de «una percepción de inocuidad generalizada» acerca de esta droga, cuyas consecuencias negativas son ignoradas por parte de la sociedad, normalizando una sustancia mala para la salud física y mental.

Preocupa también la alimentación y el sedentarismo, muy relacionados con las tasas de enfermedades metabólicas. En este sentido, según indicadores del Ministerio de Sanidad, el 13,5% de la población vasca adulta es obesa. Y, lo que más preocupa a la consejería de Salud, es que la prevalencia de la obesidad en los niños y adolescentes vascos «es superior a la media del conjunto del Estado». Por último, el Ejecutivo autonómico identifica también la contaminación y los condicionantes sociales como factores de riesgo en la población.