Las gasolineras de Bizkaia, «desesperadas» por caídas en las ventas de hasta el 80%

«Nos van a llevar a la ruina». La vicepresidenta esboza dos razones cruciales para decretar los servicios mínimos cuanto antes. Una de ellas es por cuestión de salud de sus empleados. «Estamos desesperados por la seguridad sanitaria de nuestros trabajadores, nuestro mayor activo». Lekue dice que no entiende porqué desde el gobierno central «se ha decretado el cierre de otras industrias por peligro de contagio» y no las de las estaciones de servicio.

«El Consejo de Ministros extraordinario celebrado ayer, 29 de marzo, perdió una oportunidad de oro para fijar estos servicios mínimos en las actividades de distribución de carburante al por menor», aseguran desde la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES), de la que Lekue forma parte del comité ejecutivo. En Euskadi hay 347 puntos de venta de carburantes al por menor -68 en Álava y 118 en Guipúzcoa-, y 11.000 en todo el territorio nacional.

Lekue pone como ejemplo que, «en anteriores huelgas, en Bizkaia se permitió mantener un 31% de las estaciones de servicio abiertas, algo que se podría hacer ahora» para no llevar «a la ruina» a algunos empresarios del sector incapaces de aguantar el impacto económico actual. En la peor posición también están los más débiles, pues «si las ventas de carburantes han bajado 70% en las instalaciones urbanas –las más concurridas-, llegan al 80-85% en las urbanas, y a un 90% en las rurales».

Mantenerlas abiertas es competencia del Estado; en concreto, de la Subidrección General de Hidrocarburos, aunque Lekue lo ha pedido también dar un paso a nivel autonómico, por si se puede dar alguna solución en Euskadi. Desde hace 15 días, la CEES ha reclamado la imposición de servicios mínimos sin suerte. La vicepresidenta de la agrupación provincial protesta «por la indefensión del sector». «Somos garantes de la movilidad y estamos encantados por ello» explica de antemano. Las gasolineras son necesarias para garantizar la actividad de los transporte sanitarios, de transporte de mercancías y de las fuerzas y cuerpos de seguridad locales, autonómicos y del Estado, entre otros.

Este sector genera en Bizkaia 700 empleos directos, en Gupiúzcoa 899 y en Álava 375. En el territorio, la movilidad por carretera tras la alerta sanitaria ha caído un 89%, lo mismo que la media de España, según calcula la CEES. «Cada día que pasa sin adaptar la oferta de combustibles de automoción a una demanda cada vez más reducida pone en riesgo, de forma incomprensible e irresponsable, miles de empleos y hace peligrar la viabilidad de cientos de pymes del sector», se quejaron desde la confederación nacional.

Ahora mismo, Lekue pone como ejemplo que tienen «la obligación de mantener abiertos los aseos y desinfectarlos a cada uso», pero no reciben ni mascarillas ni trajes de protección (EPI) -que no hay en el mercado- o productos desinfectantes para hacerlo. «La situación es crítica, porque en Bizkaia hay estaciones que pagarán con dificultad la nómina de marzo y algunas no podrán hacer frente a la de abril». El panorama es negro para estos pequeños empresarios. «Somos PYMES (Pequeñas y Medianas Empresas) sin el músculo financiero de una multinacional». La vicepresidenta dibuja un panorama que puede acabar con puntos de venta de carburante cerrados y decenas de despidos tras la crisis del coronavirus.