La farmacéutica danesa Novo Nordisk desarrolló el Ozempic para tratar la diabetes mellitus tipo 2. Sin embargo, además de disminuir el nivel de azúcar en sangre, el medicamento también reduce el apetito de quien lo toma. «Actúa en regiones del cerebro que controlan el apetito, ... provocando que se sienta más lleno y menos hambriento, y que experimente menos ansia de comer», explica la ficha técnica. Si se toma durante un año, reduce la masa corporal hasta en un 20%. Y eso lo ha convertido en la sustancia más preciada por quienes quieren bajar de peso a toda costa.
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No importa que pueda provocar serios efectos secundarios, incluso de índole psicológica -se estudia si incrementa las pulsiones suicidas-. Las ventas se han disparado y con ellas también ha subido como la espuma la cotización de las acciones de la farmacéutica -un 50% en lo que llevamos de año-. De forma paralela a este éxito, dos alternativas al Ozempic -Byetta y Lyxumiahan- ha cesado su comercialización en nuestro país.
Esta coyuntura tiene un claro impacto en el suministro, que no da abasto. Hay incluso lista de espera para hacerse con Ozempic, y cunde un lógico temor entre quienes realmente lo necesitan y no puedan acceder a él. Por eso, muchos han recibido con alivio la autorización la semana pasada de otro medicamento para tratar la obesidad: Wegoby comparte principio activo con el Ozempic -la semaglutida-, también está producido por Nova Nordisk, y podría suponer un alivio para quienes dependen de él para su bienestar.
Lo asegura la propia Agencia Española de los Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). «Hasta el momento, únicamente Saxenda estaba autorizado para la indicación de control de peso, pero recientemente se han autorizado varias presentaciones de un nuevo medicamento, Wegovy. En ambos casos, la indicación para el control de peso es siempre en combinación con una nutrición saludable y un aumento de la actividad física», advierte la Agencia.
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Además, la AEMPS subraya la importancia de prescribir los fármacos solo a los pacientes que más la necesitan. «A pesar de las medidas para paliar el impacto de la alta demanda de estos medicamentos para el tratamiento de diabetes, los pacientes se siguen viendo afectados por los problemas de suministro que comenzaron a finales de 2022. Por eso, la AEMPS recuerda la necesidad de ajustar las prescripciones para priorizar el uso de estos tratamientos para el control glucémico de pacientes con DM2 ya que las alternativas terapéuticas para ellos pueden ser más complejas», explica.
En teoría, tienen prioridad para adquirir el Ozempic las personas con un índice de masa corporal superior a 30kg/m2 -umbral en el que arranca la obesidad y que se mide en función del peso y el cuadrado de la altura- con patologías como hipertensión o la propia diabetes. También los adolescentes mayores de 12 años con obesidad o cuyo peso supere los 60 kg. «Los servicios de inspección de las comunidades autónomas han detectado casos de prescripción de estos medicamentos para indicaciones no incluidas en su ficha técnica o sin cumplir las indicaciones dadas por las autoridades competentes. Asimismo, también se han detectado casos en los que se dispensan sin la correspondiente receta médica. Esto puede dar lugar a las responsabilidades administrativas previstas en la legislación», advierte AEMPS.
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De momento, el Ozempic está disponible en la mayoría de las farmacias vizcaínas, pero solo en la dosis de 1 miligramo. «En el resto hay una rotura de stock que persiste desde el pasado mes de septiembre. Y eso provoca que los pacientes que se inician en el tratamiento no tengan acceso al medicamento, porque se arranca con 0,25 miligramos y, al ser inyectable, no se puede hacer como con una pastilla, que si hace falta una dosis menor que se puede partir», explica el farmacéutico de un establecimiento del centro de Bilbao.
Reconoce que, aunque se debe priorizar a los enfermos de diabetes, en la práctica es imposible ese cribado. «Los endocrinos lo están recetando y nosotros no podemos preguntar por qué es», explica. Por eso mismo, teme que la llegada este mes de las primeras cajas de Wegoby, para el que aún no ha recibido ninguna receta, no resuelva el problema. «Dependerá de la cantidad que envíen, pero si la demanda continúa creciendo, quizá lo único que haya es un trasvase de problemas», sentencia.
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Ni Ozempic ni Wegoby son baratos. La dosis de mantenimiento del segundo -2,4 mg.- costará 128 euros. Eso eleva la factura anual a unos 13.000 euros. «Como ya ocurre con otro tipo de tratamientos, pronto se puede dar la paradoja de que, debido a su elevado precio, estos productos no lleguen a las personas que de verdad los necesitan y sí a otras que los usan para fines no siempre vinculados a la salud», resaltaba en este diario el profesor de estudios norteamericanos de la Universidad de Deusto Aitor Ibarrola-Armendáriz. «Mientras tanto, Novo Nordisk se ha convertido en la empresa más valiosa del viejo continente. Su cuenta de beneficios supera ya el PIB de muchos países y continúa abriendo subsedes para fabricar sus productos por todo el mundo», apostillaba.
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