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Antonio Fernández-Pro es presidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia que esta semana celebra su congreso nacional en Bilbao. A ... sus 65 años, este médico de cabecera por «vocación y tradición familiar» se muestra muy crítico ante la «incompetencia» del sistema sanitario para dotar a la Atención Primaria del necesario relevo generacional. Para hacer frente a este problema reclama a los políticos y gestores sanitarios implicación y que aporten soluciones efectivas.
- Los jóvenes facultativos no quieren ser médicos de familia. En la última convocatoria MIR quedaron 200 plazas de Primaria vacantes, en cambio Dermatología y Cirugía Plástica se agotaron en los primeros días. ¿Faltan vocaciones para ser médico de cabecera?
- Efectivamente. No quiero decir que los que eligen esas otras dos especialidades no tengan vocación, pero sí hemos llegado a una situación en la que un número importante de jóvenes optan por estudiar Medicina porque les da la nota, pero muchas veces les falta ese perfil humano tan necesario para esta profesión. No todo el mundo vale para ser médico, y muchos menos para serlo de cabecera.
- ¿Cuál es el problema más importante en la Atención Primaria?
- La falta de relevo generacional. Es algo a lo que hay que ponerle remedio. Para ello se debe prestigiar a la Medicina de Familia y eso comienza por los gestores sanitarios y por los políticos. El facultativo ha sido maltratado. Hemos pasado del aplauso en el primer año de pandemia a un escenario de estrés continuo y dificultad de remplazo. Ahora mismo estamos en una situación en la que debemos decidir qué Atención Primaria queremos para nuestros ciudadanos porque ya no valen más parches.
- En los últimos meses se han convocado varias jornadas de huelga en los ambulatorios vascos. ¿Cómo se encuentran los profesionales?
- Con un cansancio físico y mental difícilmente soportable. Eso hace que un gran número de médicos cercanos a la jubilación tire la toalla antes de tiempo. Y entre los jóvenes tenemos a los mejores de este país, los que han sacado las notas más altas para poder estudiar Medicina, pero muchos están quemados con 30 años. La falta de relevo y de incentivos genera un caldo de cultivo perfecto para desestabilizar el sistema y luego privatizarlo. Eso es algo muy peligroso.
- ¿Entiendo de sus palabras que la Administración puede estar dejando agonizar la Atención Primaria para privatizarla?
- Estoy totalmente de acuerdo con esa afirmación. La Administración tiene una herramienta para solucionar el problema: el presupuesto. ¿Cuánto tiempo tardó en bonificar la subida de los combustibles? Dos días. En la Primaria, en cambio, llevamos años sin querer arreglar la situación.
- ¿Y cómo se arregla?
- Hay dos soluciones que no se le escapan a nadie. Una es evitar la fuga de profesionales. Formar a un médico especialista nos cuesta 300.000 euros y muchos se nos van cuando acaban. Y la segunda es aumentar los presupuestos tanto en recursos humanos como en medios materiales. La Medicina de Familia debe hacerse fuerte en la Universidad y ser una prioridad política, algo que no ocurre ahora.
- Osakidetza ofrece 3.000 euros de sueldo y contratos de más de 6 meses a los médicos de familia que quieran trabajar en Euskadi. ¿Son condiciones atractivas, como defiende la consejería, comparadas con las de otras comunidades?
- A nivel salarial sí. En cuanto a la duración, 6 meses se queda un poco corto. Prácticamente todas las comunidades ofertan contratos de un año o incluso dos. Pero sí se puede afirmar que el País Vasco está en una situación bastante buena si se compara con otros territorios. Es una de las que más renta por habitante invierte en sanidad y en servicios sociales y eso se nota.
- ¿Aún así solo ha conseguido ocupar la mitad de las 200 plazas que ha ofertado este año?
- Pero porque una parte importante de los médicos que acaba la residencia en España se va a otros lugares o a los hospitales. En 2021, por ejemplo, se solicitaron cerca de 3.500 certificados de idoneidad para trabajar en el extranjero. Es una sangría que se repite cada año y se nos van por algo. No solo porque les paguen más. Huyen de los escenarios que tenemos aquí. En otros países les ofrecen unas perspectivas de futuro más estables. Hay que crear unas condiciones laborales sugerentes para cortar este problema.
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