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AITOR ANSA
Viernes, 27 de agosto 2021
La Ertzaintza tuvo que intervenir en la madrugada de ayer en, que haya trascendido, la macrofiesta ilegal más multitudinarias que se ha celebrado en Gipuzkoa ... durante el año y medio de pandemia. Alrededor de medio millar de jóvenes se congregaron en un edificio abandonado de una zona rural entre Astigarraga y Errenteria, apartados núcleos urbanos, para festejar una noche en la que no faltaron la música y el alcohol, incumpliendo con todas las normas sanitarias establecidas para hacer frente a la Covid-19.
Entrada la madrugada, sobre la 1.30 horas , varios vecinos alertaron a la Ertzaintza de ruidos, música y bullicio de lo que podría ser una fiesta que estaba teniendo lugar en las inmediaciones del restaurante Perurena, ahora cerrado al público, en el cruce de la calle Landarbaso con Zamalbide de Astigarraga, en una zona rural de caseríos y huertos, apartado del centro del pueblo.
Al personarse los agentes en el lugar de los hechos, pudieron comprobar que había centenares de personas, la mayoría de ellos jóvenes de unos 18 años –al parecer la fiesta estaba dirigida a esa edad, según fuentes consultadas–, tanto en los alrededores como dentro del edificio, un inmueble abandonado, prácticamente en ruinas, rodeado de árboles al que se accedía a través de un sendero sin asfaltar tras atravesar una valla de color verdoso. Mientras tanto, los asistentes continuaban llegando a la fiesta en autobuses privados, taxis y vehículos particulares que estacionaban en las inmediaciones de un pequeño descampado habilitado como improvisada pista de baile.
Al parecer, se trataba de una fiesta privada que había sido difundida mediante el boca a boca y que había llegado a muchos jóvenes de diferentes municipios, entre ellos Donostia. Y medio millar decidió acudir, pese a las restricciones por la pandemia.
El acceso al recinto no era gratuito. Los asistentes debían primero pasar por caja y abonar una cuantía de 18 euros en metálico en la entrada para poder acceder al interior. Además de la entrada, en el interior se había habilitado una suerte de 'bar' donde se vendían bebidas.
La infraestructura de esta macrofiesta ilegal de Astigarraga, pese a lo recóndito del lugar y a ese llamamiento clandestino que sin embargo tuvo gran eco, fue importante. Los organizadores habían cuidado hasta el más mínimo detalle.
Los jóvenes disponían de un escenario instalado en el exterior del caserío abandonado a modo de zona de baile en el que no faltaban los bafles de música, máquinas de humo y elementos varios de iluminación para ambientar el lugar. Contaban asimismo con un DJ que pinchaba la música, así como con varias barras de bar y neveras para guardar las bebidas alcohólicas.
Las patrullas que recibieron el aviso y se personaron en el lugar contabilizaron que allí podría haber congregadas una cifra aproximada de 500 personas, una concentración que no se ha llegado a producir en ningún otro botellón o fiesta 'privada', más allá de las concentraciones de gente en calles como ocurrió en Sanjuanes.
Al tratarse de una fiesta ilegal, la Ertzaintza procedió a desalojar el lugar y a la identificación de los asistentes según se iban yendo. El operativo se alargó durante toda la noche hasta ya amanecido el día de ayer. La intervención se saldó sin ninguna persona detenida, pero con un total de 150 personas identificadas, entre ellas el presunto responsable del evento, que informó de que era una «fiesta privada», según informó Seguridad.
A diferencia de los disturbios que han ocurrido durante las últimas jornadas en varias localidades de Euskadi, entre ellas San Sebastián, la noche concluyó sin incidentes.
Durante el desalojo, la Unidad de Tráfico de Gipuzkoa instaló durante las primeras horas del día un control en las cercanías para realizar test de alcoholemia y drogas a todos aquellos que iban abandonado la fiesta; muchos de ellos en sus vehículos particulares.
Desde la Ertzain-etxea de Hernani se están realizando labores de investigación para la apertura de un procedimiento administrativo por infracción a la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas.
Esta fiesta no fue la única en Gipuzkoa donde se saltaron las medidas anticovid y que fue disuelta por la Ertzaintza. En Zumaia, 16 personas fueron identificadas en la madrugada de ayer por estar aglomeradas con música y consumiendo bebidas alcohólicas en la calle.
Para que no se producan también estas 'no fiestas' y aglomeraciones, el Ayuntamiento de Lekeitio va a cerrar el próximo día 5 todos los accesos al municipio tanto por mar como por tierra.
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