Expertos piden a la población que utilice mascarilla en las reuniones familiares

Hay que hacerlo en la calle, en un bar, en una barbacoa con amigos y también en la intimidad del hogar si hay invitados y no se va a guardar la distancia. En ese sentido, Guillermo Quindós, catedrático de Microbiología en la Facultad de Medicina y Enfermería de la Universidad del País Vasco, pone de relieve que «tendemos a pensar que todo ocurre en locales que no son nuestra casa, y no es así». Los encuentros familiares, como se está viendo estas semanas, son especialmente peligrosos. «A veces, aunque uno se sienta un poco mal, piensa que cómo va a perderse el 100 cumpleaños de la abuela, o el 25 aniversario de sus padres...», ejemplifica. Pero debería saltarse la celebración.

La población también se tiene que concienciar de que, en la medida de lo posible, hay que «evitar los sitios cerrados», apunta Jesús Molina Cabrillana, secretario de la Sociedad Española de Medicina Preventiva. El especialista aconseja que, en las celebraciones, «todo el tiempo que podamos, estemos con la mascarilla». «Si voy a beber o comer, puntualmente me la puedo quitar, pero el resto del tiempo, para hablar con amigos, no», subraya. Habla de reuniones en casa, pero también de funerales, bodas... Pequeños gestos para no tomar medidas más drásticas, ya que, a su juicio, «si no se controla la situación, habrá que volver a limitar los aforos».

El momento actual, creen los expertos, todavía no lo exige, pero el verano «es largo», señala Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV) y jefe de la sección de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias. Es partidario de dar «respuestas por zonas salvo que haya otra vez un desmadre». Quindós, por su parte, plantea para facilitar el seguimiento que, por ejemplo, podamos enviar por email nuestros datos a un bar o un restaurante en el que hemos estado por si se detecta un positivo.

Porque los seguirá habiendo, y rebrotes. Sin embargo, pese al temor que pueda generar entre la población ver cada día nuevos focos, la realidad es «la que se esperaba, con brotes localizados», apunta Molina. «Es lo mismo que pasó en febrero», pero con una diferencia importante: «Entonces no nos dimos cuenta y ahora lo tenemos controlado».

A juicio del experto de la UPV, «quitando del campo de visión los rebrotes», lo más llamativo en este momento, la transmisión comunitaria «es muy baja». A raíz del foco de Ordizia, el R0 ha subido basta 1,86 en Euskadi, un número «alto» que «no se ajusta» a la realidad.

Pero que estemos en mejores condiciones que hace unos meses no tiene que llevarnos a olvidar que «seguimos en pandemia», y que «el microorganismo está aquí», incide el presidente de la AEV. De ahí que este verano no pueda ser como los anteriores, que esa «normalidad que teníamos antes nunca va a ser igual».

Lo positivo es que en estas fechas hay más calle que espacios cerrados, pero el epidemiólogo canario vuelve al principio, a cuando estuvimos confinados, «soportando» el duro aislamiento. Y lo hace para que lo visualicemos en un futuro. Porque es lo que llegará si no ponemos de nuestra parte. «Cualquier bajada de guardia, cualquier distensión, nos puede llevar a una situación muy complicada».