El maestro ejerce la enseñanza musical a diario con sus hijos en su casa de Alicante. j. r. pascual
José Rafael Pascual-Vilaplana | Director de la Banda Municipal de Bilbao

«Evito mostrar tristeza ante mis hijos»

Yo me quedo en casa ·

El director de la Banda Municipal de Bilbao, como sus músicos, dedica el horario previsto para el estudio y se adueña de la cocina, «mi territorio»

Miércoles, 8 de abril 2020, 00:25

Pocos tonos de voz hay tan joviales y efusivos como el que muestra José Rafael Pascual-Vilaplana ante el interlocutor. Matices que llegan al 'allegro', a transformar en pasión el laberíntico ejercicio que supone existir. A la vez reconoce que la procesión es íntima. « ... Esta situación me produce una profunda tristeza que evito mostrar ante mis hijos por ver gente pasándolo tan mal, conocidos afectados».

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Pese a ese poso, impera en él la excitación con que mueve la batuta para llevar a sus 45 músicos hasta donde exige la partitura. Tres conciertos cancelados entre su titularidad en los atriles de Bilbao y Barcelona. Combate la inactividad escribiendo en su web un «programa más extenso de lo que habíamos preparado, explicando lo que pretendemos, por qué elegimos las obras y los intérpretes, mi relación con ellas. Creo que hasta me sirve de terapia. Hicimos el concierto el día 7 del Musika-Música, después cerraron el Auditori en Barcelona y tampoco pudimos tocar en el Euskalduna el 22, una lástima porque teníamos a un solista internacional y era muy importante al compartir el programa con los alumnos de Musikene. Y ahora también deberíamos estar con las procesiones de Semana Santa».

El director titular de la Banda bilbaína se siente, pese a todo, feliz en su hogar en Cocentaina (Alicante) porque puede disfrutar de su esposa y dos hijos, de 15 y 6 años. A caballo entre Bilbao y Barcelona más los conciertos que va aceptando, grabaciones y demás ocupaciones relacionadas con sus cargos, la estancia en casa es mínima. «Me obligo a pasar por casa todas las semanas. A veces no llega a 24 horas. Ahora estoy encantado de estar con los míos y mantengo una rutina que necesito. Soy un poco cuadriculado».

«Poder comer y cenar juntos a diario es el gran descubrimiento, algo que ni recordaba»

Así, se pone en marcha «desde las seis y media o siete. Dedico la mañana al estudio y el trabajo personal. Siempre me ha gustado estar en casa y la cocina es mi territorio. Los chicos han estado haciendo sus tareas escolares y mi mujer teletrabaja desde aquí. Estudio también con ellos y todos disfrutamos de nuestros espacios personales. El gran descubrimiento es poder comer y cenar juntos a diario, algo que ni recordaba».

125 años el próximo junio

En su agenda, la próxima temporada, ya que se trabaja en su terreno con un año de antelación. Se conecta con sus músicos y le envían fotos, alguna de un «quiosco del Arenal solitario», una imagen que le activa. Porque la Banda cumple el 9 de junio 125 años y allí hizo su primera actuación. «Queremos devolver a la ciudad el cariño con que ella nos trata», dice sin querer desvelar un amplio programa de celebración que cubrirá un año completo. «Hasta ahí puedo leer», bromea. Sobre su mesa infinidad de material y esa sensación de laceración. «Suspender un concierto es muy fuerte porque nuestro trabajo sólo existe para ser compartido».

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Enarbola el significado de Banda como «lazo, unión para salir adelante», y presente siempre en el final de los grandes conflictos de la historia, de la Revolución Francesa a la Guerra Civil americana con músicos de ambos bandos tocando juntos en Boston. ¿Una pieza para abrir el programa cuando la pandemia pase? «La sinfonía 'Give us this day', de un autor muy reflexivo al que tuve la suerte de conocer, David Maslanka. Tiene el inicio de un Padre Nuestro pero está basada en un libro budista. Habla del deseo del ser humano de tener un nuevo día para disfrutar la vida».

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