La pandemia de coronavirus ha generalizado una serie de hábitos saludables, como la mejora de la higiene personal, pero también la reducción de los contactos sociales, el aumento de la vida casera y el descenso de la movilidad que, entre otras consecuencias negativas para la ... salud, han facilitado que proliferara aún más el sobrepeso.
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Se trata de una tendencia mundial, pero con un notable referente en España. Cuatro de diez españoles han engordado desde que el pasado 14 de marzo se iniciase el confinamiento y durante las sucesivas olas de contagios del virus, lo que nos sitúa como el país europeo donde mayor proporción ha tomado el fenómeno, justo por delante de Italia y Gran Bretaña, y como el sexto territorio del planeta donde más personas han ganado peso, según una encuesta realizada por Ipsos en 30 países. Engordó el 38%, siete puntos por encima de la media mundial.
No obstante, pese a que España es uno de los países donde más se ha engordado, también es donde se ha hecho, en comparación, de manera más moderada. La media de kilos ganada desde marzo es de 5,7. Aunque pueda parecer mucho, está en la zona media baja de la tabla planetaria, pues la media de los 30 países consultados es un aumento de 6,1 kilos. De hecho, y para compensar, dos de cada diez españoles perdieron peso durante la pandemia, dato que solo es superado en Europa por Gran Bretaña (24%).
Uno de los factores que más ha propiciado el sobrepeso, además de un incremento moderado del consumo de alcohol y de la glotonería, es el aumento del sedentarismo. El estudio internacional muestra que aunque el 24% de los españoles ha aprovechado el descenso de la vida social para aumentar su actividad física, el 27%, tres puntos más, se ha dejado vencer por la pereza o las dificultades y la ha reducido.
El resultado es que uno de cada dos españoles confesaron a Ipsos en noviembre pasado que están tratando de perder algo de peso, para lo que intentan volver a hábitos alimenticios más saludables -dejando de abusar de comida procesada y azúcar-, aumentar el ejercicio físico, y tomar menos alcohol y refrescos. Creen que tanto los poderes públicos como la industria de la alimentación podrían echarles una mano en su reto si abaratasen los precios de la comida saludable, los alimentos procesados fuesen algo más sanos, si hubiese más espacios verdes para hacer deporte, y si la información nutricional de los productos fuese más clara.
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La incidencia de la pandemia sobre otros hábitos perniciosos muestra una de cal y otra de arena. En lo positivo, un 10% de los españoles bebe más alcohol, pero un 7% lo hace menos, lo que les coloca en la mitad de la tabla mundial, como el tercer país europeo con menor aumento de bebedores. Sin embargo, en lo referente al tabaco, España se sitúa como sexto país del planeta en el más ciudadanos iniciaron o retomaron este hábito tóxico con motivo de los cambios en el modo de vida durante la espiral de contagios. Desde marzo, lo dejó un 4%, pero otro 4% volvió a caer.
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