La enfermería hace historia

Tres sanitarias relatan con motivo del día internacional de la profesión la marea de emociones que les ha hecho vivir el Covid-19

Miércoles, 13 de mayo 2020, 00:22

La enfermería habla en pasado de la epidemia de Covid-19, pero sabe, mejor que nadie, que el desafío sanitario continúa. «Ha sido necesario paralizar el país durante dos meses para que los hospitales dieran abasto, pero el virus sigue entre nosotros», advierte la ... portavoz vizcaína del sindicato SATSE, Amaia Mayor. «No podemos permitirnos que algo así se repita», insiste. La posibilidad de volver a ganar la calle está infectando a la población de la falsa idea de que la pandemia está vencida; pero nada más lejos de la realidad. «No tenemos vacuna», recuerdan Idoia Urkidi, del hospital de Galdakao, y su compañera Almudena Fernández Retuerto, del Araba, en Vitoria.

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Las tres, Almudena, Idoia y Amaia, forman parte del selecto grupo de más de 8.000 enfermeras de Euskadi que con humanidad, empatía y entrega han doblegado a la pandemia en su primer envite. La primera victoria -en la que lógicamente también ha participado el resto de los profesionales de la salud del País Vasco- les ha costado afrontar la experiencia emocional más grande de sus vidas.

Cada una desde su puesto de trabajo, pero juntas como si se tratase de una fuerza única, han enfrentado la misma vivencia. Han sentido el mismo dolor provocado por la misma enfermedad, el mismo miedo generado por el mismo agente desconocido; y también la misma angustia, esperanza y solidaridad.

Durante dos meses, han asistido al drama de la muerte en soledad, al de la impotencia por la falta de terapias apropiadas, al temor por llevarse a casa la infección y repartir el virus causante de tanto sufrimiento como el que han presenciado entre las personas que más quieres, la pareja, los hijos, los padres... Con motivo del Día Internacional de la Enfermería, que se conmemoró ayer, EL CORREO quiere reconocer la labor humana y asistencial del colectivo a través de la experiencia personal de tres enfermeras.

Tres enfermeras contra el mismo virus

  1. Almudena Fernández | Hospital Araba

    «He quitado a mi familia muchos besos y abrazos»

«Me he perdido cantidad de besos y abrazos por las medidas de higiene, a veces obsesivas, a las que me he sometido para evitar la transmisión del virus. Les debo un montón a mis hijos y a mi pareja», reconoce Almudena Fernández Retuerto, que ha combatido contra el nuevo coronavirus desde la unidad de Cardiología del hospital Araba. En ella ha cumplido 20 años ejerciendo una profesión que eligió por auténtica vocación. «Tenía claro que quería ayudar y cuidar».

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Ahora, siente con orgullo que ha formado parte de la Historia. «Nadie podía imaginarse algo así. Nunca he visto tanto dolor, tanto sufrimiento, tanto compañero que cae enfermo, tanta solidaridad... Un día alguien mandó dos furgonetas de flores para repartir entre la plantilla». Cuenta que ha sido «muy duro», pero lo tiene claro. «Que no vuelva, pero si lo hace, que cuenten conmigo».

  1. Amaia Mayor | Sindicato SATSE

    «Es necesario un homenaje a todos los sanitarios»

La Bilbaína Amaia Mayor trabajó durante años en los quirófanos del hospital de Basurto. «Es algo que pasa mucha factura emocional, porque recién salida de la facultad eres demasiado joven para convivir con la enfermedad y la muerte. Tengo escenas que permanecerán grabadas en mí para toda la vida». Hace seis años, se unió como liberada sindical a la central de enfermería SATSE, desde la que lucha contra la pandemia.

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Le ha tocado pelear por más batas, mascarillas, mejores cuidados para compañeras infectadas; y vivir de cerca la muerte por Covid-19 del primer sanitario vasco, la enfermera Encarni, del hospital de Galdakao. «Fue muy duro, porque la conocía. El Gobierno vasco -defiende- debería hacer un homenaje permanente, algo que quedara para siempre, a todos los profesionales que luchan contra esta infección».

  1. Idoia Urkidi | Hospital Galdakao

    «Me cuesta pensar en tanta gente que ha muerto sola»

Nunca soñó con ser enfermera, pero la vida acabó convirtiendo en una de ellas a Idoia Urkidi, una vecina de Forua, que trabaja en el hospital de Galdakao y acumula treinta años de profesión. Ninguno como el que le ha tocado contra el nuevo coronavirus. «Acabar siendo enfermera es una de las mejores cosas que me ha pasado», afirma.

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Su puesto está en la cuarta planta, Cirugía General, pero en estos dos meses todo el hospital se ha dedicado a Covid-19. «Se me erizan los pelos al pensar en la cantidad de gente que ha muerto sola, pero también me llena de satisfacción saber que las enfermeras hemos estado ahí dándole el mayor confort posible».

Idoia se siente «una privilegiada». Al volver a casa, le esperaban sus dos hijas, Enara, de 22 años y Amaia, de 20, que «me han apoyado y cuidado muchísimo. No he tenido miedo a nada, porque son mayores y lo han hecho fenomenal».

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