«Estamos encerrados en el cuarto y nos traen la comida en bandejas»

El curso comenzó el 7 de septiembre, y el lunes siguiente, el 14, en algunas facultades. Antes de este fin de semana, una joven que vive en el colegio decidió hacerse una PCR por voluntad propia. El resultado fue positivo y reportó 30 contactos estrechos entre sus compañeros de residencia. Todos fueron confinados en sus habitaciones y el sábado acudieron al hospital de Basurto a realizarse una PCR. Sobre las 16.00 horas, se supo que 17 de ellos eran portadores y el coordinador del Plan de Vigilancia y Control de la pandemia, Ignacio Garitano, explicó ayer que desde entonces «ha surgido algún caso» más.

Los positivos confirmados están matriculados en distintas carreras. Varios, en Medicina. Ayer, algunos de los residentes se dirigieron, caminando, a hacerse la prueba. No les está permitido usar el transporte público. Aunque en un principio se comunicó que aquellos que no fueran contactos estrechos podrían acudir al comedor por turnos, el centro ha optado finalmente por confinarles a todos en sus habitaciones «por precaución».

«Es como en marzo, pero la habitación es más pequeña que un piso», explicó un joven. Este año, ninguno comparte cuarto y todos son individuales. Disponen de baño privado, aunque no de televisión. Los alumnos reciben el desayuno, la comida y la cena en bandejas plastificadas y después deben dejar fuera los desechos, en una bolsa. Siguen las clases por internet, y cuando éstas acaban, se entretienen estudiando, haciendo ejercicio o viendo series o películas en internet.

«No tenemos contacto unos con otros», explicó. «La gente está bien, aunque es una situación extraña. De momento, reina la tranquilidad, aunque nos hace gracia toda la expectación que se ha levantado», dijo, tras añadir que «mis padres están preocupados, pero me han pedido que mantenga la calma, que solo van a ser unos días». «Estamos bien dentro de lo que cabe, y lo llevaremos lo mejor posible», expuso otro de ellos. De momento, no pueden salir a hacer compras, aunque si necesitan algo pueden solicitarlo a la dirección. También se plantean la posibilidad de «pedir por Amazon y que lo dejen fuera».

La Universidad del País Vasco achacó el contagio a una tarde-noche en la que los afectados estuvieron alternando en locales de hostelería. Uno de los residentes, presente en aquel evento, que se celebró la semana pasada -muy poco antes de que saliera a la luz el primer caso- explicó que «reservamos un local para nosotros, en el centro de Bilbao. Fuimos a cenar una hamburguesa. Solo estuvimos en un sitio y nos repartimos en grupos, igual había cuatro mesas». Asistieron en torno a 40 personas, todas residentes. A su juicio, el contagio también pudo producirse en otro lugar. «La vida universitaria y en una residencia es muy dinámica, igual muchos ya se habían contagiado antes de la cena», expuso. Aunque la mayoría de los positivos son asintomáticos, algunos presentaban síntomas leves y la pérdida del gusto y del olfato.