Las hospitalizaciones por la gripe en Euskadi aumentan de forma espectacular con 518 ingresos en una semana

Que haya menos gripe no significa que los virus no se ceben con las personas mayores o con salud frágil. De hecho, las hospitalizaciones en la última semana han aumentado de forma espectacular: 517 personas fueron ingresadas, con lo que son ya 1.221 los afectado que han precisados cuidados especializados. En cuanto a fallecidos, en lo que va de temporada se han registrado 52 muertos que son 8 más de los contabilizados hace siete días. Todas las personas fallecidas pertenecían a grupos considerados de riesgo, bien por edad o bien por padecer alguna enfermedad crónica.

Pese al descenso de la actividad gripal, el Departamento de Salud insiste en pedir que se haga «un uso responsable de los recursos sanitarios en caso de notar los síntomas propios de la gripe, valorando, en función de la sintomatología, cuál es el servicio sanitario más adecuado para atender y resolver su problema«. En este sentido, recuerda que se debe recurrir a las urgencias hospitalarias »en caso de complicaciones graves«. Para el resto de 'griposos' se aconseja acudir al médico de familia y las puntos de atención continuada (PAC) que es como se conocen las urgencias ambulatorias. «De ese modo -recalcan- se evitarán esperas innecesarias para recibir la atención y, al mismo tiempo, se estará contribuyendo a no saturar el propio sistema sanitario».

Añade que la gripe es una enfermedad molesta, pero benigna en la población sana, y que no tiene tratamiento específico, por lo que el reposo, la ingesta de abundantes líquidos y antitérmicos para atajar la fiebre son las principales recomendaciones. «En el caso de que la fiebre persista, se debe consultar con el médico. Asimismo, cabe recalcar que se trata de una enfermedad vírica ante la que los antibióticos no son eficaces y, por tanto, solo habrían de tomarse en casos muy puntuales y siempre bajo prescripción médica. Para evitar la transmisión de virus, hay que adoptar medidas higiénicas como al toser o estornudar taparse la boca con la nariz o el brazo, lavarse frecuentemente las manos y utilizar pañuelos desechables.