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Camiones en ruta, carretillas en movimiento, palés y cajas en almacén... Los grandes centros logísticos de Álava, territorio clave en la cadena de suministro del norte, intensifica su ritmo de trabajo ante la alarma del coronavirus. Mayoristas y distribuidores se afanan en abastecer a ... supermercados y comercios de alimentación, los pocos que mantienen abiertas sus puertas. El objetivo es reponer los mostradores y estanterías que a primera hora 'asaltan', aunque con algo más de tranquilidad desde ayer, los consumidores.
«Tenemos más trabajo», constata José Luis Huarte, presidente del Mercado mayorista de frutas y verduras ubicado en Ali-Gobeo. «Las ventas han aumentado y hemos pedido más género, pero no hay problema, la ciudad va a estar bien abastecida», señala el responsable de esta plaza que cuenta con 20 puestos donde se ha extremado la higiene. De las toneladas de mercancía que manipulan, «sólo un 6%» son exportadas (por ejemplo melones o sandías en esta época), por lo que el resto llega de territorio nacional, donde la logística funciona bien.
Similar es el reparto de la particular balanza comercial en el anexo Mercado mayorista de pescados. «Salvo algunas cosas que llegan del extranjero, fundamentalmente de Dinamarca y Noruega, el resto viene de costas españolas. Los camiones hacen las mismas rutas y el género llega a las tiendas», dice su presidente, Ángel Maeso, en cuyo recinto también se trabaja con precauciones de limpieza (mascarilla y geles). Las pescaderías a las que abastece «vendieron mejor el viernes, probablemente porque muchos compraron para congelar». El comercio minorista, recalca Maeso, «da seguridad porque el mostrador entre el cliente y el expendedor da una separación importante». Por su parte, tiendas de barrio y supermercados amanecieron ayer con más tranquilidad –tampoco la lluvia invitaba a salir– que en los últimos días de aglomeraciones, aunque con medidas como el espaciamiento entre clientes o el control de aforo.
El conteo se lleva a cabo en establecimientos como Carrefour. La megafonía de su súper en Iturritxu anuncia que se ha reforzado la limpieza de cestas y carros, mientras varios carteles recuerdan la obligación de guardar un metro de distancia. «Hemos cambiado el horario y abrimos de 9.00 a 21.00. Estamos recuperando la normalidad, la logística llega sin problemas. El viernes y el sábado tuvimos compras más grandes, pero estamos levantando otra vez la tienda», transmitió Javier Urriza, portavoz de la firma.
El número de clientes y las indicaciones de separación se aplican en Mercadona. El bloque logístico que la empresa tiene en Júndiz, que abastece los supermercados de Euskadi, Navarra, La Rioja, Cantabria y Burgos, se afana en estas arduas jornadas en «servir a las tiendas para tener los estantes repuestos a primera hora», trasladó la cadena. En Vitoria, en el supermercado de El Corte Inglés reciben sus productos puntualmente. «Estamos servidos», trasladaron, agregando que se refuerza la limpieza de los soportes que usan los clientes.
Las mercancías, al contrario que las personas, pueden seguir 'viajando' y las firmas alavesas del sector siguen al pie del cañón. «Los vuelos han llegado, hemos descargado y salido a repartir. El único impacto es que muchas tiendas están cerradas y su 'stock' se queda en almacén», señaló un portavoz de DHL, cuyo 'hub' mueve el 90% de la carga en Foronda. La multinacional «dispensa mascarillas y guantes» a empleados y fija pautas para evitar que coincidan en los mismos espacios.
El parón sí afecta a Correos, cuyas oficinas solo abrirán de 9.30 a 12.30 mientras su centro de Júndiz recorta turnos. CC OO y UGT denunciaron que no se han dado a los trabajadores guantes ni mascarillas y piden mantener «sólo la actividad mínima necesaria».
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