Una paciente con párkinson se ayuda con las dos manos para beber un vasco de agua. El Correo

Desarrollan un análisis de sangre capaz de detectar el párkinson con siete años de antelación

La prueba, en fase de ensayo, se ha testado con un amplio grupo de pacientes, pero que sufre una forma de la enfermedad muy poco común

Martes, 18 de junio 2024, 17:19

Un consorcio de investigación anglo-alemán ha desarrollado mediante inteligencia artificial un análisis de sangre que podría ser capaz, según cuentan, de predecir la aparición del párkinson siete años antes de que comiencen a manifestarse los síntomas. Los resultados del trabajo resultan muy esperanzadores porque ... el grupo que está detrás de él es, según la Sociedad Española de Neurología (SEN), un equipo «serio» y de reconocido prestigio internacional, el Colegio Universitario de Londres (UCL) y centro médico universitario de Goettingen (Alemania). El estudio se ha hecho, sin embargo, con un número muy amplio de pacientes, pero que sufren una forma muy poco común de la enfermedad. ¿Serán sus resultados replicables para el conjunto de los afectados?

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Los autores del informe consideran que sí y, en la nota de prensa difundida con motivo de la publicación del trabajo este martes en 'Nature', recuerdan que la enfermedad de párkinson es el trastorno neurodegenerativo de más rápido crecimiento del mundo. Actualmente afecta a casi diez millones de personas a nivel global. El especialista Álvaro Sánchez Ferro, coordinador del Grupo de Trastornos del Movimiento de la SEN tiene sus dudas. Lo oportuno, según dice, sería esperar para ver si los resultados obtenidos con un grupo de pacientes muy concreto, como éste, resultan generalizables al conjunto de los afectados.

Cálculos matemáticos

La consecución de un método de diagnóstico rápido, fiable y que permita conocer con antelación el riesgo de padecer la enfermedad constituye uno de los grandes desafíos de la neurología actual. Aunque no existen pruebas científicas que lo demuestren, existe la creencia generalizada en la especialidad de que si es posible diagnosticar con tiempo suficiente la patología, será posible aplicar tratamientos que la amortigüen o ralenticen su avance. La lógica que se aplica es que si ha funcionado con otras enfermedades, lo razonable es pensar que también lo hará con las del cerebro. Un análisis de sangre sería, siguiendo esta lógica, lo ideal. Es lo que asegura haber desarrollado el consorcio anglo-alemán.

Apoyados en un programa de inteligencia artificial (IA), los investigadores desarrollaron un panel con ocho biomarcadores sanguíneos cuyas concentraciones están alteradas en los pacientes con párkinson. Para testar la prueba, utilizaron la sangre de 72 personas afectadas con una forma extraña de la enfermedad, generada por lo que los especialistas llaman trastorno de conducta del sueño REM. El sistema calculó que entre el 75% y el 80% de las personas acabaría desarrollando la enfermedad.

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«Estamos ante investigadores de reconocida solvencia, pero el trabajo plantea incógnitas que deberán ser aclaradas»

Álvaro Sánchez Ferro

Coordinador del Grupo de Trastornos del Movimiento de la Sociedad Española de Neurología.

Los pacientes fueron seguidos durante diez años y las predicciones de la IA se cumplieron en un 79%. En el caso de 16 pacientes, el programa vio que la evolución de la patología pudo ser anunciada hasta con siete años de antelación. «Actualmente cerramos la puerta del establo después de que el caballo se ha escapado», defendió el proyecto el profesor Kevin Mills, del Colegio Universitario de Londres. «Al determinar ocho proteínas en sangre -subrayó su colega, Michel Barti, del centro médico de Goettingen- podemos administrar las terapias farmacológicas en una etapa más temprana, lo que podría incluso prevenir la aparición de la enfermedad».

Demasiado biomarcador

La Sociedad Española de Neurología pide «de momento, cautela» con este estudio. «Los pacientes elegidos tienen un párkinson muy particular, que evoluciona muy rápido a demencia y con una serie de problemas que no hacen extrapolable su enfermedad a la del conjunto de los pacientes», argumenta Álvaro Sánchez Ferro. A su juicio, el número de biomarcadores elegido para el estudio, ocho, resulta asimismo demasiado elevado para el grupo de voluntarios existente, 72. En buena lógica, cuantas más sustancias se designen para el diagnóstico de una patología, más posibilidades existen de que los voluntarios presenten una u otra.

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Los años de antelación con que se podría diagnosticar la enfermedad, siete, son además el resultado de un cálculo matemático, no el tiempo con que el programa lo vaticinó. Hay todavía otra cuestión que preocupa al especialista de la SEN. «Prácticamente el 100% de las personas con trastorno de conducta del sueño REM acaba desarrollando párkinson, pero en la población en general, ese riesgo es del 1% o 1,5%. ¿Nos valen los mismos biomarcadores en ambos casos?», se pregunta. «Estamos ante grupos de trabajo reconocidos y con credibilidad, que es algo que da mucha confianza. Habrá que esperar a ver ahora cómo responden a todas las incógnitas que plantea el trabajo», resumió el neurólogo.

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