«En el departamento me llamaban 'Nekane sin miedo'»

Nada de esto amilanó a Nekane Murga, quien recuerda que, como cardióloga -es jefa de sección en Basurto-, está acostumbrada a trabajar «bajo presión»; es decir, a llevar una planta de hospitalización, a trabajar en UCI, en guardias, con situaciones de vida y muerte... «Yo creo que toda esa experiencia me ayudó en esos momentos e hizo que yo me volcara en ir a los centros y ayudar y participar en esas decisiones que fueron necesarias. Aporté todo lo que pude en ese momento, ahora el escenario es otro». Y no le temía a nada, ni a los periodistas ni a la oposición parlamentaria, a la que en ocasiones contestaba a algunas preguntas que le hacían por WhatsApp.

«En el departamento se reían y me llamaban 'Nekane sin miedo'. Yo iba con seguridad a explicar lo que estábamos haciendo porque creía en ello, en cómo lo estábamos gestionando. ¿Que me hubiese gustado tener más medios y más materiales y una bola de cristal un mes antes para ver la dimensión del tsunami que iba a aparecer? Pues sí, pero bueno... Ya le digo que nosotros durante aquel mes de febrero hicimos unas previsiones y escenarios que nos ayudaron».

Se siente reconocida e incluso dice haber sentido el aliento de los ciudadanos de a pie. «Yo iba por la calle y alguno me miraba y decía 'qué pobre', y de eso nada; pobres los que han perdido un familiar, están enfermos o han tenido que cerrar el bar».

Nekane Murga está ahora inmersa en un programa de reciclaje profesional, sigue con sus estudios de euskera y aún no hay ni un día que no consulte el boletín epidemiológico. «Quiero seguir conociendo la evolución, los datos».