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El hospital de Cruces llegó ayer a un acuerdo para ampliar el actual equipo de atención a pacientes críticos con una enfermera y un auxiliar más. La demanda había sido planteada por un grupo de cien enfermeras que consideraban ya «insostenibles» sus condiciones laborales.
La dirección del centro se reunió ayer con representantes de todas las centrales sindicales para evaluar la demanda planteada la víspera por el colectivo de enfermería. El grupo considera que la carga de trabajo en la unidad de críticos les estaba llevando «a un límite que comienza a ser peligroso». El hospital, según supo este periódico, se comprometió a no rebajar la actual plantilla y a mantener un equipo profesional estable para una mejor cualificación de sus miembros.
Al hilo de esta cuestión, el director de Planificación, Mikel Sánchez, había destacado horas antes que el centro ha incrementado su servicio de UCI en 75 camas para afrontar la crisis, pero que también la presión asistencial ha bajado en los últimos días. «Eso -valoró- contribuirá a disminuir la presión».
Los sindicatos SATSE, de enfermería, UGT y CC OO también acusaron ayer a Osakidetza de estar forzando a trabajar a sanitarios infectados, sin haber comprobado si han superado la enfermedad. Esta «irregularidad» se estaría cometiendo igualmente sobre personal con cuadros leves que lleva cinco días sin síntomas.
La mayoría de los afectados regresa a su puesto sin someterse a la prueba de diagnóstico que certifique que han dejado atrás al virus. SATSE, sin embargo, según informó su portavoz en Bizkaia, Amaia Mayor, tiene constancia de pacientes que han recibido el alta de Salud Laboral a pesar de haber dado positivo en el test. «Es incomprensible; más aún cuando hay profesionales en paro dispuestos a trabajar y otros que han pedido la ampliación al 100% de su jornada reducida y se les ha denegado», argumenta.
La delegada de UGT Ana Vázquez recordó que la 'Guía de Actuación frente a Covid-19' del Ministerio de Sanidad dice que el personal con la prueba positiva «deberá completar un aislamiento de 14 días» antes de repetirla. «Si esta segunda PCR resulta negativa, se incorporará a la actividad. Pero si es positiva, se repetirá a las 72 horas». CC OO estima que se está cometiendo «una imprudencia», por lo que sopesa demandar a Osakidetza.
SATSE denunció ayer, por otra parte, las condiciones de los trabajadores del centro sociosanitario Birjinetxe, uno de los dos de Bizkaia habilitados para atender a mayores enfermos leves o moderados del coronavirus. El personal, afirma el sindicato, «está sometido a una enorme carga de trabajo, ansiedad, estrés e impotencia. Están sobrepasados y desabastecidos».
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