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XABIER GARMENDIA
Martes, 17 de julio 2018, 13:23
Si sirvió para medir las formas irregulares de la mordida costa de Inglaterra, también debería ayudar a hacerlo en el cerebro humano. Esta fue la tesis que planteó un equipo de científicos con base de operaciones en Getxo y que ahora ha confirmado. Aplicando la misma tecnología de dimensión fractal que se utiliza para estudiar formas de la naturaleza, han desarrollado FractalMed, un software -el primero en el mundo- que permite cuantificar cambios morfológicos en el cerebro. De esta manera, se puede detectar precozmente la esclerosis múltiple y otras enfermedades neurodegenerativas, así como, en su caso, monitorizarlas.
Dicho de otra forma, el programa pretende llegar a donde las actuales resonancias magnéticas no llegan. Eso permitirá una intervención temprana, disminuir el número de brotes y, en último término, mejorar la calidad de vida del paciente. Por el momento, la investigación se encuentra en una avanzada fase de diseño y se espera que el próximo mes de enero entre en la etapa de validación multicéntrica. El biomarcador se probará en pacientes de nacionalidades y variables diferentes. Una vez que logren los marcados de comercialización correspondientes -el CE para la Unión Europea y el FDA para Estados Unidos-, entonces podrá llegar a los centros hospitalarios. Según las previsiones, eso podría ocurrir en un máximo de dos años.
El equipo que ha impulsado el proyecto es multidisciplinar e internacional: son ingenieros, neurólogos y matemáticos provenientes de Cataluña, Bélgica y Francia, pero que también colaboran mano a mano con científicos vizcaínos como los de Biocruces. Su foco principal se ha situado desde el principio en la esclerosis múltiple, que hoy por hoy tan solo se detecta una vez que ya ha aparecido. Así, quieren hacer una aportación trascendental a una enfermedad que, pese a todo, es una de las mas investigadas. «Tiene dos millones de pacientes a nivel mundial, que son pocos en comparación con los 258 millones que padecen depresión. Pero a niveles de inversión está situada entre las quince primeras», subraya el director general de FractalMed, Juanma Villanueva.
La iniciativa, con un coste estimado de unos 2 millones de euros, ha sido parcialmente financiada por el programa Mundualdatu de la BBK, que ha destinado 350.000 euros y se ha hecho con el 16% del accionariado de la empresa. El proyecto nació en Barcelona, pero cambió su sede social a Bizkaia atraidos por el «importante ecosistema vasco de investigación». Tal y como aprecia Villanueva, en la capital catalana existe hoy en día «una competencia feroz», por lo que decidieron mudarse. Aquí encontraron un clima «más tranquilo» y, además, descubrieron una cooperación entre entidades públicas y privadas «como no la hay en otro sitio».
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