«La situación ha evolucionado a mejor, pero seguimos en emergencia sanitaria, seguimos en estado de alarma». Las primeras palabras de la intervención de anoche del lehendakari son el resumen de la situación epidemiológica que Iñigo Urkullu quiso transmitir a la sociedad vasca en vísperas ... de Navidad. Existen en Euskadi, según dijo, indicadores que revelan que la epidemia atraviesa un momento mejor que el del pasado 6 de noviembre, cuando se ordenó el cierre de la hostelería, entre otras medidas de contención; pero otros que recuerdan a las instituciones vascas que no es el momento de bajar la guardia.
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En el mes que separa esa fecha de noviembre de la de ayer, el País Vasco, apuntó, ha salido de un escenario de transmisión muy alta, de nivel 5, que es el máximo que contempla el segundo Plan de Protección Civil del Gobierno vasco (LABI), al actual nivel 3, moderada, La tasa acumulada de incidencia también ha descendido de manera destacada al pasar de los 850 casos por 100.000 habitantes a 327, que es un resultado más «positivo», según lo calificó el propio Urkullu.
Esta mejoría de la situación, se felicitó, «pone de manifiesto el acierto de las decisiones adoptadas» para contener la propagación del virus. En un llamamiento a la ciudadanía, insistió en que «la prevención está en la conciencia de cada uno, en la determinación de cada familia de aplicar una autolimitación en sus hábitos tradicionales en estas fechas».
La mejoría de la situación vasca tiene también sus sombras. «La presión hospitalaria (actual) -recordó- no admite relajación alguna. Además, sabemos que no pueden descartarse giros repentinos en la evolución de la pandemia» en Euskadi. El martes ingresaron en los hospitales de Euskadi otras 38 personas más (son ya 388); y las Unidades de Cuidados Intensivos atienden en estos momentos a 125 pacientes. La cifra ha caído desde el pico de 146 que se alcanzó el 13 de noviembre, pero lleva en ese entorno desde comienzos de mes, cuando había -el día 1- un total de 129 infectados en estado crítico.
Urkullu finalizó con un llamamiento a las familias para que, a pesar de la recomendación del LABI de que se intente no juntarse más de dos núcleos familiares, se procuren celebrar unas navidades «íntimas». «Esta Navidad es distinta y tiene que hacerse distinta. La pregunta que debemos hacernos es que debemos cambiar con respecto a lo realizado cualquier otro año», invitó a la sociedad vasca. Y se respondió: «Mi deseo es que seamos capaces de celebrar esta Navidad en la intimidad de la vida familiar y personal» «Con rigor y responsabilidad», fueron sus últimas palabras.
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