Más movilidad y la hostelería se queda como está

Y eso es lo que cambiará desde el lunes: «Se permitirá la movilidad entre municipios colindantes de tránsito habitual para la realización de actividades socioeconómicas y deportivas al aire libre», dijo Urkullu. Es lo mismo que decir que no hay limitaciones de tránsito. Porque el propio Gobierno vasco define actividades socioeconómicas como todas aquellas «que se realizan de forma habitual entre municipios colindantes» como «ir al supermercado, tintorería, restaurante, guardería, y todas aquellas relaciones de carácter social y/o económico que puedan llevarse a cabo de manera ordinaria en el municipio colindante». Es decir, todo.

Esta relajación en las restricciones también será efectiva en los municipios que están en zona roja, es decir, con una tasa de incidencia de más de 500 casos por cien mil habitantes en las últimas dos semanas. Hay que tener en cuenta que primero fueron estos los que quedaron confinados por una decisión del LABI del 11 de enero. La medida se extendió a todos los ayuntamientos vascos, independientemente de la incidencia, a partir del 25 del mes pasado. Y ahora se permite a todos, sin excepción pasar a los municipios colindantes.

Eso va a suponer un alivio tanto para la ciudadanía como para la economía. Sobre todo en lugares como Bilbao, una ciudad cuyo tejido comercial y hostelero es muy dependiente de la llegada de clientes desde el entorno. En concreto, podrán entrar en la capital vizcaína las personas residentes en Zamudio, Sondika, Erandio, Barakaldo, Alonsotegi, Arrigorriaga, Basauri, Etxebarri y Galdakao. Y, por supuesto, los bilbaínos también podrán viajar a estos municipios.

Dar luz verde a este tipo de movilidad supone en realidad un respiro general para toda la población. Hay que tener en cuenta que en una comunidad autónoma tan densamente poblada como Euskadi, y especialmente en entornos metropolitanos como el Gran Bilbao, los desplazamientos entre municipios forman parte de la rutina diaria. Por supuesto, nunca han dejado de estar permitidos los que tienen causa justificada (ir al trabajo, a cuidar dependientes, a comprar cosas que no hay en el lugar de residencia...). Pero limitarlos a necesidades de fuerza mayor ha supuesto una alteración notable para miles de ciudadanos. También por el lado de la inseguridad que provoca decidir qué es causa de fuerza mayor, y qué no.

Sobre esto último, es decir, la confusión sobre lo que está permitido y lo que no, el LABI también se pronunció este viernes. «Se definen con mayor precisión los supuestos en que la movilidad entre municipios está permitida», dijo el lehendakari. Se refería a los no colindantes. Dijo que estarán autorizados los desplazamientos para «entrenamientos y competiciones deportivas de los equipos en competición profesional o semiprofesional». Además, y siempre que los municipios no estén en zona roja, será posible moverse «para competiciones y entrenamientos de deporte federado, entrenamientos de deporte escolar, así como cursos o actividades programadas en gimnasios, clubs o polideportivos». Afinar un poco más en estos asuntos es importante toda vez que el propio Departamento de Salud no parece tenerlos muy claros en vista de que, en un principio, defendió al miembro del LABI Ibon Etxeberria por haberse ido a jugar al golf, y al día siguiente fue destituido por ello. Urkullu se refirió este viernes al proceder del cargo destituido como «nada ejemplar».

La situación ahora es que apenas hay diferencias entre municipios en zona roja y el resto. Recordemos: la particularidad en aquellos era el cierre perimetral, el cerrojazo a la hostelería y la clausura del deporte escolar y en grupo. Ahora, el confinamiento municipal es similar para todos los ayuntamientos vascos, la hostelería se mantiene abierta por la vía judicial, y únicamente se continúa con las restricciones a las actividades deportivas.

Hay que hacer una mención especial al conflicto hostelero. El auto del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) de esta semana estableció como media cautelar la reapertura de bares y restaurantes. El argumento era que mantener el cerrojazo en los municipios en zona roja podría suponer daños irreparables, y los magistrados consideraron que el Gobierno vasco no había acreditado que esa medida fuese determinante para contener la propagación del virus. Al contrario, los jueces creen que la evolución de la pandemia en los últimos meses demostraría, según la resolución, que la hostelería no es un factor relevante.

Estaba en el aire si el Gobierno vasco recurriría esta decisión, que impacta de lleno en su estrategia contra el coronavirus. Este viernes Urkullu dijo que no lo hará. Los servicios jurídicos de Lakua han estimado que no tiene mucho sentido porque el recurso llegaría a los mismos jueces que han dictado el auto y, además, no hay posibilidad de aportar nuevas pruebas. Así que no parece que exista margen para grandes cambios en el criterio judicial. Eso sí, el lehendakari dijo estar seguro de que «nos asiste la razón», y criticó la actitud del ponente, Luis Ángel Garrido.