Abusar del paracetamol tiene consecuencias: investigadores vascos dan con un tratamiento para paliarlas

Un estudio internacional dirigido por las doctoras Malu Martínez-Chantar e Irene González Recio, del CIC Biogune, ha dado con un posible nuevo tratamiento frente al daño hepático causado por la sobredosis de acetaminofén. En concreto, han «descubierto un proceso llamado neddilación, que aumenta con el daño hepático debido al mal uso del paracetamol. Son como unas banderitas que modifican a las proteínas», explica Martínez-Chantar. Para evitarlo, probaron en ratones un fármaco llamado pevonedistat (o MLN4924). Utilizado normalmente para tratar tumores, logró bloquear este proceso.

Con ello redujeron «la necrosis y mejoraron la regeneración del hígado, que es uno de los pocos órganos con esta capacidad», subraya la experta. Al tratarse de añadir una nueva indicación para un fármaco ya en el mercado, el proceso para su aprobación sería, en principio, más corto que el de llevar a las farmacias un nuevo tratamiento.

No es este el único beneficio detectado tras paralizar este mecanismo. También aumenta los niveles de cardiolipina, una molécula clave para mantener saludables las mitocondrias, las encargadas de proporcionar energía a las células. A su vez, esto protege a las células hepáticas y promueve su curación. El trabajo se ha publicado en la revista 'Cell Reports Medicine'.

Como queda dicho, el abuso del paracetamol tiene consecuencias muy graves para el hígado, un órgano extremadamente complejo y vital, ya que fabrica más de 2.500 moléculas diferentes. La dosis máxima recomendada es de 4 gramos al día. «Dependiendo del paciente y del estado de su hígado, los daños en el órgano aparecen en un plazo de semanas», explica Martínez-Chantar.

A fecha de hoy, el único tratamiento aprobado es la administración de un antioxidante llamado N-acetilcisteína (NAC). Su 'pega' es que solo funciona si se toma en las primeras ocho horas desde que se ha producido la intoxicación. En casos graves, solo el trasplante del órgano puede salvar la vida del paciente.

El propio CIC Biogune presentó hace dos años una terapia alternativa que multiplicaría por tres el tiempo disponible para actuar. Probada en ratones, se administra con un simple pinchazo y comparte con el presentado ahora la ventaja de que es capaz de recuperar los daños causados por el medicamento, lo que podría evitar la necesidad del trasplante. La clave de este tratamiento está en los niveles alterados de magnesio y en una proteína conocida como CNNM4, un transportador del magnesio que aparece por la presencia de alguna enfermedad. Al silenciar esta proteína, descubrieron que era esta la que causaba la escasez de magnesio en las células hepáticas. La fórmula se patentó y se creó una empresa en Estados Unidos para llevarla al mercado. «Los dos tratamientos no se solapan, son vías alternativas», detalla la científica del centro vizcaíno, que también participó en la investigación.

El paracetamol empezó a comercializarse en Estados Unidos en 1955 bajo el nombre comercial de Tylenol. Vendido como un fármaco eficaz y seguro, fue en los años 80 cuando se descubrieron los graves daños que su abuso podía causar en el hígado. En el prospecto se advierte de que no se debe ingerir en caso de sufrir alguna enfermedad hepática.