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¿Es mi hijo realmente mío? Hay dudas que se anclan en el cerebro y que es imposible disipar. Pueden surgir a raíz de un ... comentario hecho por un conocido tras años de silencio, aparecer tras una confesión en un momento de máxima sinceridad de un familiar o amigo íntimo o simplemente haber estado presente desde la gestación del niño. Dar respuesta a esa pregunta, para aquellos que se la hagan, es posible. Y cada vez son más los vascos que lo hacen. La técnica para lograrlo no es nueva. Las pruebas de paternidad y parentesco biológico se realizan desde hace tiempo. Pero en los últimos años su precio se ha reducido de forma notable debido a la competencia entre los laboratorios que la ofrecen y la posibilidad de contratarla por internet y recibir el kit de recogida de muestras a la dirección que se indique. Se prioriza la discreción.
A finales de la pasada década el grueso de las peticiones las concentraba el banco de ADN de la UPV/EHU, ubicado en Álava. Era su prueba 'estrella'. Realizaba una media de sesenta por ejercicio. Cobraba 406 euros por los análisis con carácter informativo y 700 para los casos en los que se precisaba validez legal. Hoy en día son apenas un puñado de padres los que acuden a estas instalaciones pidiendo este examen. Y los que lo hacen buscan un informe pericial que puedan presentar ante el juzgado, bien para un litigio relacionado con herencias o con una separación matrimonial. El precio que ofrecen en la actualidad los laboratorios privados es mucho menor. Llegan a ofrecer la informativa por 115 euros los más económicos.
En los últimos años el número de solicitantes que se somete a esta prueba ha aumentado, según aseguran las propias compañías que ofrecen estos análisis. El centro de fertilidad y genética Cefegen es uno de los que realiza este servicio. Con sede en Madrid efectúa cada mes una media entre 70 y 90 pruebas de paternidad que les llegan de diferentes comunidades autónomas, unas cifras que registran dos años de crecimiento constante. En Euskadi hay varios laboratorios que ofrecen esta verificación. El bilbaíno Axpe es uno de ellos. Aunque las analíticas las hace otra compañía con la que tienen un acuerdo, en su sede de la capital vizcaína recogen las muestras, las envían y reciben los resultados del test. El pasado año tramitaron 26 comprobaciones, frente a las 11 de 2018.
¿Y quiénes suelen solicitar este tipo de prueba? Claramente los padres son los más habituales. Más excepcionales son los casos de hijos o de hermanos de distintas madres que quieren certificar que su progenitor legal lo es también a nivel biológico, apunta Luis Landajuela, biólogo especialista en análisis clínicos del Laboratorio Axpe.
La fiabilidad de estas comprobaciones ronda el 100%. No deja resquicio a la duda. Si alguien se pregunta si su hijo realmente lo es, este test de ADN le da la respuesta. ¿Y cuál es el índice de resultados? «En la mayoría de los casos el padre que solicita la prueba efectivamente es el padre biológico. Ocurre en cerca del 85% de las pruebas», detalla Mercedes Alemañ, directora de laboratorio en Cefegen. La horquilla se abre cuando la que tiene las dudas sobre la identidad del progenitor es la madre, añade Marián Martínez de Pancorbo, directora del banco de ADN de la UPV/EHU. En estos casos el porcentaje no es tan mayoritario.
Los restos genéticos que se utilizan para estas comparativas varían en función de si es informativa o con validez legal. En el primero de los casos el interesado suele aporta las dos muestras: la suya y la de su supuesto hijo. «Lo que más nos traen son cepillos de dientes y vasos», detalla Landajuela. El laboratorio no certifica la identidad de los participantes. En cambio, en la oficial sí lo hace y debe cumplir unos requisitos específicos: el menor necesita la autorización de uno de sus progenitores, las muestras las recogen los propios técnicos con unos bastoncillos que frotan contra el interior de la mejilla de los solicitantes para recopilar las células y se custodian las pruebas durante todo el proceso.
El resultado de los análisis lo reciben los clientes en un plazo que ronda la semana. También es posible realizar esta comparativa de forma previa al parto con una prueba de sangre que se extrae a la madre y en la que ya hay presencia genética del ADN del feto. No tiene ningún riesgo, pero es mucho menos habitual que se realice.
15 son los marcadores genéticos que se comparan para determinar la paternidad. Al menos deben coincidir 14 de ellos.
Cepillos de dientes Son junto con los vasos los elementos que más entregan los solicitantes a los laboratorios para que comparen su ADN con el de su hijo para certificar la paternidad.
Herencia genética Todas las personas reciben la mitad del contenido genético de su ADN del padre y el otro 50% de su madre. La fiabilidad de esta prueba de parentesco es prácticamente total.
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