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Todo lo que pasa en nuestro cuerpo deja una huella en la sangre. Conocer cuál o cuáles de ellas corresponden a una u otra enfermedad constituye uno de los retos más interesantes de la medicina del siglo XXI, en los que ya se han dado ... grandes avances. Algunas enfermedades ya se descubren así de manera temprana y otras, como el alzhéimer, que aún requieren complicadas técnicas de detección, se abren camino en esa misma dirección. Un grupo internacional con participación española ha logrado diseñar y probar con éxito otro análisis de sangre para la detección de la más común de las demencias.
El trabajo, que ha contado con la participación de 786 pacientes de España, Canadá y Estados Unidos, revela que un simple pinchazo es suficiente para descubrir la enfermedad con tanta precisión como lo hacen las actuales técnicas de neuroimagen o los análisis de líquido cefalorraquídeo. Aunque existían ya varias investigaciones previas con idénticos o similares resultados, el hallazgo contribuirá a simplificar la detección temprana de una enfermedad que, hasta no hace mucho tiempo, sólo podía certificarse a través de una autopsia.
La existencia de un test de diagnóstico sencillo y eficaz tendrá dos grandes ventajas el día que llegue a la práctica clínica. Por una parte, permitirá identificar mejor a los pacientes que puedan beneficiarse de los nuevos tratamientos que están a punto de llegar. Además, facilitará el desarrollo de terapias alternativas al disponerse de una forma fácil y eficaz de evaluar su utilidad.
La investigación contra el alzhéimer se ha centrado tradicionalmente en el estudio de dos proteínas que están íntimamente ligadas con la enfermedad. En los últimos años, la ciencia se ha visto obligada a abrir nuevas rutas de trabajo al desconocerse todavía si la presencia de estas dos sustancias es, en realidad, causa o consecuencia de la dolencia. Sea como sea, una de ellas se llama tau y la otra beta-amiloide. El procedimiento de diagnóstico diseñado se basa en el conocimiento existente en torno a la primera de ellas.
El trabajo ha consistido en comparar si la presencia en sangre de un tipo de proteína tau, la p-tau217, permitía verificar la existencia de la enfermedad con la misma fiabilidad que los procedimientos disponibles. Para realizar el estudio, los investigadores utilizaron un tipo de test que ya está en el mercado, lo que aceleraría su uso en la práctica clínica si los resultados fueran los que se buscaban, según explicó el neurólogo Daniel Alcolea, de la unidad de Memoria del hospital Sant Pau, de Barcelona. Y se logró.
La fiabilidad de los resultados obtenidos resulta equivalente a la que se logra con técnicas de neuroimagen o mediante el análisis de líquido cefalorraquídeo. Al hospital Sant Pau pertenecen los 185 españoles que participaron en el estudio internacional. La media de edad del grupo de 786 era de 63 años y la mayoría de ellos, el 64%, fueron mujeres.
Manuel Fernández
Investigador Biocruces y centro Oroitu contra el alzhéimer
El neurólogo vasco Manuel Fernández, investigador del instituto Biocruces y el centro Oroitu, ha puesto en valor el trabajo, que considera «muy potente y esperanzador». Tiene a su favor, según ha explicado a EL CORREO, que cuenta con un grupo de pacientes «amplio», perteneciente a diferentes cohortes. Otro motivo que pone en valor es la comparación de sus resultados con los obtenidos hasta la fecha por los métodos tradicionales de diagnóstico. «Ha habido estudios anteriores en la misma línea, pero éste puede contribuir a un diagnóstico temprano y un abaratamiento de los costes clínicos», ha comentado el experto, que también trabaja en una investigación vasca para la búsqueda en sangre de biomarcadores frente al alzhéimer.
Investigadores del centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas (EEUU) han descubierto una deformación cerebral que podría permitir detectar el alzhéimer entre cinco y diez años antes de que dé síntomas. Los científicos han descubierto que existe una 'cinta' del tejido cerebral llamada materia gris cortical que se vuelve más delgada en las personas que desarrollan demencia. Ese anomalía parece ser, según creen, un buen biomarcador que permita una detección temprana y a tiempo de la enfermedad.
El trabajo, que se publica en 'Alzheimer & Dementia', revista oficial de la Asociación de alzhéimer de Estados Unidos, es el resultado de un estudio realizado con una población de 1.500 pacientes. «Al detectar la enfermedad de manera temprana, dispondremos de una mejor ventana de tiempo para intervenciones terapéuticas y modificaciones del estilo de vida», explicó la autora principal del estudio, Claudia Satizabal. «Además –añadió– podremos realizar un mejor seguimiento de la salud del cerebro para disminuir la progresión de los pacientes hacia la demencia».
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