¿Por qué Alemania y Francia quieren prohibir las mascarillas caseras y la OMS las defiende?

Austria fue la primera nación europea en decretar el pasado 17 de enero el uso obligatorio de la FFP2 en supermercados y transportes públicos. Para compensar su carestía respecto a las quirúrgicas, el Gobierno de este país prometió repartirlas gratis entre los ciudadanos con ingresos más bajos y los mayores de 65 años. El objetivo es impedir que el virus se siga expandiendo en un país cuya población está confinada desde el pasado 26 de diciembre.

Un día después, Alemania optaba por una solución preventiva similar, aunque eliminando de la ecuación las caseras de tela y sin homologar a la hora de acceder a los servicios de la administración, el transporte público y a los comercios. Como en Austria, la población quedó confinada el 2 de enero y permanecerá así como mínimo hasta el 14 de febrero.

Y, de momento, Francia ha sido el tercer país en poner coto a este tipo de mascarillas de tela. La razón es que, según las autoridades sanitarias galas, sólo filtran el 70% de las partículas y, por si fuera poco, no terminan de ajustarse bien en la cara. Por todo ello, finalmente ha decidido recomendar los tapabocas que tengan un filtrado superior al 90%. Es decir, las quirúrgicas o textiles de categoría 1, así como las FFP2 (o sus equivalentes N95, KN95, etc...).

Mientras tanto, en España se sigue recomendando las mascarillas higiénicas, entre las que se incluyen las de tela y las no profesionales para las personas que estén sanas. Las autoridades aconsejan las quirúrgicas a los posibles enfermos con síntomas, mientras que se pide a la población que evite las FFP2, que protegen tanto a los que las llevan como al resto, para evitar problemas de suministro entre el personal sanitario por el riesgo de estar en contacto con posibles contagiados.

Sobre las de tela, el Gobierno central desaconsejó el pasado 7 de octubre su uso en ambulatorios y hospitales, pero sin llegar a vetarlas totalmente. Sin embargo, en algunos hospitales de Euskadi, Asturias, Galicia, Valencia, Canarias o Castilla y León impiden a los pacientes que portan estos cubrebocas el acceso a sus instalaciones: a cambio, les entregan una quirúrgica para que entren.

¿Y qué opina la OMS sobre esta persecución emprendida por Alemania, Francia y Austria contra las mascarillas caseras? Pues la Organización Mundial de la Salud opina que siguen siendo tan efectivas como siempre, ya que el modo de transmisión del virus es el mismo pese a sus últimas mutaciones, desautorizando así las prohibiciones de los tres países europeos. Por ello, considera que las de tela «pueden ser utilizadas por todas las personas menores de 60 años que no tengan problemas de salud», ha explicado en las últimas horas la responsable de la gestión de la pandemia de esta organismo, Maria Van Kerkhove.

«Los países son libres de tomar las medidas que consideren necesarias», continuó Maria Van Kerkhove. Sin embargo, incluso con variantes que pueden ser más contagiosas, «no tenemos ningún indicio que sugiera que el modo de transmisión habría cambiado», argumentó la responsable de la gestión de la pandemia en la OMS. Por eso, respecto a las recomendaciones vigentes, «no pretendemos modificarlas en esta etapa», finalizó. Ahora, falta por saber si en el resto de Europa se opta por seguir la estela de Austria, Alemania o Francia o seguir con la recomendaciones de la OMS.