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Cuatro años se han cumplido desde la entrada en vigor de la ley que regula la eutanasia y desde entonces 133 personas han recibido esta ... prestación en Euskadi, de ellas 49 en 2024. El País Vasco se sitúa a la cabeza de España a la hora de facilitar una muerte asistida a sus ciudadanos. El 0,2% de los fallecimientos en la comunidad son por eutanasia, mientras que en el conjunto del territorio estatal esta tasa se sitúa en el 0,07%. Lejos quedan aún los datos de lugares como Países Bajos, donde este derecho está reconocido y regulado desde hace más de dos décadas. Allí el 4% de las muertes son asistidas.
Itxaso Bengoetxea, presidenta de la Comisión de Garantía y Evaluación de la Eutanasia en Euskadi (CGyEE), explica que el número de solicitudes presentadas aumenta cada año de forma progresiva. Hasta la fecha se han registrado 331, de las que el 75% fueron autorizadas. Desde la puesta en marcha de la ley las peticiones para poder tener ayuda médica para morir se han incrementado en un 46%.
El cáncer terminal y las enfermedades neurológicas, principalmente relacionadas con la demencia, son las patologías más habituales que sufren los solicitantes. Hasta la fecha la persona más joven que ha pedido esta prestación en Euskadi tenía 30 años y la mayor 100.
Solo en 2024 los médicos vascos recibieron 74 solicitudes, de las que un 9% se denegaron porque no cumplían con lo que fija la norma. También hay un porcentaje pequeño de personas que desisten y piden cancelar su petición, mientras que otros fallecen antes de que finalicen todo el proceso de validación y evaluación de su caso por la CGyEE que, de media, dura 49 días. Es relativamente frecuente que los interesados realicen la solicitud cuando su enfermedad esté tan avanzada que fallezcan antes de que valore su caso.
Para poder recibir la eutanasia en Euskadi se deben cumplir unos supuestos que marca la ley. «Clínicamente se puede solicitar esta prestación cuando la persona padece un sufrimiento insoportable, bien sea provocado por una enfermedad incurable en una fase avanzada con un pronóstico de vida limitado, como puede ser una enfermedad oncológica; o bien por un padecimiento grave, crónico e invalidante que le produce limitaciones para la vida diaria», explica Bengoetxea. Ninguna de las personas a las que hasta el momento se les ha rechazado esta petición han decidido recurrir a la vía judicial.
Osakidetza ha formado a más de 5.000 médicos y enfermeras que solicitaron de forma voluntaria recibir pautas sobre aspectos técnicos a tener en cuenta cuando se aplica la eutanasia (medicamentos a utilizar y como administrarlos), así como otros de tipo legal y ético. Otros 570 sanitarios, tanto de la red pública como de la privada, se han inscrito en el registro de objetores de conciencia.
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