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Joan Clos en el Archivo Histórico de Euskadi, ubicado en Bilbao, tras la reunión de expertos para abordar la crisis de la vivienda. Jordi Alemany
«Es de risa pretender arreglar el problema de la vivienda con el control de precios»

Joan Clos

Exalcalde de Barcelona por el PSC
«Es de risa pretender arreglar el problema de la vivienda con el control de precios»

Asegura que la crisis habitacional «tiene solución» con «acuerdo político» y si se establece un «marco financiero» para garantizar el derecho a un piso asequible

Domingo, 23 de marzo 2025, 01:03

Alcalde de Barcelona por el PSC (1997 y 2006), ministro de Industria, Comercio y Turismo con José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente de la Asociación de Propietarios de Vivienda en Alquiler, exdirector ejecutivo de ONU-Habitat y autor del libro 'La vivienda social y asequible'. Joan Clos (Parets, 1949) atiende a EL CORREO después de participar en una reunión de expertos internacionales centrada en abordar la crisis de la vivienda organizada por el Gobierno vasco y ONU-Habitat esta pasada semana en Bilbao. «En España existen mecanismos para construir VPO. Falta acuerdo político y establecer un marco financiero que garantice el acceso a una vivienda», reflexiona.

– Bilbao, al igual que lo hizo Barcelona, será declarada zona tensionada en pocos meses. ¿Qué efectos tendrá? ¿Dinamizará el mercado?

– No. Las zonas tensionadas están muy bien como intención o manifiesto político, pero si controlas los precios y los regulas, el valor de los activos inmobiliarios construidos se elevará porque la oferta se limita. Si la ley te impide subir los precios y tienes que alquilar más barato, ¿qué hará un propietario que tiene 200 solicitudes esperando?

– Dígamelo usted.

– Se lo puede imaginar. La capacidad inventiva de los humanos y en concreto de los españoles es muy reconocida a nivel internacional. Su activo se encarece ¿y qué harán? Cambiarán el contrato y lo pasarán a temporal. Y si se regula el temporal, pues cambiarán a otro. No pararán porque su activo inmobiliario seguirá aumentando en valor.

– Muchos agentes inmobiliarios, al menos en Bizkaia, alertan precisamente de que los contratos de larga duración han pasado a ser temporales tras la normativa.

– Pues sería bueno escucharles porque muchos de ellos son buena gente y no son obsesos de la especulación. El control de precios aún no ha incluido los contratos temporales. Es de risa que alguien pretenda que el problema de la accesibilidad a la vivienda se arregle ordenando o mandando que no suban los precios. Lo siguiente será tener una administración que vigile y grandes departamentos de inspectores que persigan a los propietarios para que no suban los precios. Muy bien, esto va a facilitar mucho la inversión inmobiliaria, ya verá usted.

– Un mecanismo vigente en Euskadi para movilizar el mercado y las viviendas vacías es el canon a los pisos deshabitados.

– Otro voluntarismo. Llevamos hablando 30 años de los pisos vacíos, que son dificilísimos de medir y complejos jurídicamente de probar, pero es que el problema no va por aquí. Si construir vivienda protegida en España lo podemos hacer. Tenemos mecanismos suficientes. Lo que pasa es que también hay un interés porque la oferta no aumente.

– ¿Interés por parte de quién?

– De muchos. Sobre todo del que alquila y vende. Si la oferta inmobiliaria crece, bajan los precios.

– ¿Qué efectos ha tenido la ley?

– Bueno, pocos. En Cataluña, que es donde se aplica la regulación, ha bajado el precio medio del alquiler, lo cual es cierto, pero es que la accesibilidad a la vivienda no es solo un problema de precio. Hace falta oferta. Si el precio ha bajado pero tienes 1.000 personas buscando el mismo inmueble, tenemos un problema con las otras 999 solicitudes. El problema es más complejo que aprobar una ley. Hay que hacer muchas otras cosas más.

– ¿Cómo cuáles?

– Esclarecer las responsabilidades y obligaciones de cada administración. Las competencias están transferidas a las autonomías. Cada una tiene su ley y en ninguna se establece un marco económico que financie la política pública y garantice el derecho a la vivienda accesible. El presupuesto es discrecional de los parlamentos y cuando se termina, adiós a la inversión. Esto es como si en sanidad se cerrasen los hospitales cuando el presupuesto se agota. La ley no ha resuelto este problema, ni la falta de acuerdo político actual. Nadie quiere abrir el melón sobre quién debe pagar qué. Del mapa general, se salvan País Vasco y Navarra, que tienen capacidad foral propia y son los que más recursos destinan a la vivienda. Además, hay otra cosa que de la que se habla poco.

– ¿Cuál?

– Que la vivienda asequible hay que hacerla donde hace falta.

– ¿Donde hay demanda?

– Donde la vivienda sea cara. No donde esté tirada de precio. En este sentido, en vez de resolver los problemas donde los hay, se ha optado por hacer una ley de principios genéricos con la que queremos regular el mercado, como si eso fuese fácil. Siempre se ha dicho que la regulación de precios se puede hacer en situaciones de emergencia, como es el caso de la dana de Valencia. Pero ponerlo en una ley es una mala señal porque pretende que se alargue durante tiempo. Yo también quiero que los precios bajen, pero una cosa es querer y otra que se pueda hacer con las capacidades económicas y políticas del Estado.

– En Euskadi ya se habla de la emergencia habitacional.

– Es una emergencia peculiar porque muchos de los que tienen problemas son ciudadanos anónimos que no votan o votan poco. Por eso algunos partidos, en contra de lo que dicen, no comparten que existe una gran crisis. Los inmigrantes son los que realmente tienen problemas de vivienda.

Aumentar la densidad

– ¿Confía en que la actual crisis de la vivienda tenga solución?

– Claro que sí. Hay que poner orden a este complejo sistema formado por tres administraciones (ayuntamientos, comunidades y Gobierno central), que aún no cuentan con un modelo económico-financiero estable. Hasta que eso no se solucione, no mejoraremos. En mi libro expongo una solución que no es complicada.

– Siga.

– Para aumentar el parque de vivienda hay dos opciones: urbanizar o ampliar la densidad. Y desde un punto de vista económico, es mucho más eficaz aumentar la densidad del suelo ya urbanizado porque no repercuten las cargas urbanísticas. El entorno de Madrid está urbanizado a 2.000-3.000 habitantes por kilómetro cuadrado. No pasaría nada si se doblase ese número. Continuaría siendo una ciudad poco densa.

– ¿Existe una fórmula para resolver el problema residencial?

– No existe una fórmula concreta. Hay que querer hacerlo y ponerse a ello. Es un problema de decisión política. Como hemos hecho en España con las autopistas, el AVE o los pantanos, se puede construir un gran stock de vivienda pública a través de concesiones administrativas y pactado con la Unión Europea para que no contabilice como déficit público.

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