«Si no restringimos la vida social estaremos condenados a otro confinamiento»

Las nuevas medidas tienen entre sus fines salvar la campaña de Navidad y llegar a esas fechas «en las mejores condiciones posibles»

Viernes, 6 de noviembre 2020, 02:26

Cada vez son menos las medidas de las que puede echar mano el Gobierno vasco para frenar el avance de la pandemia. Hasta ahora, ninguna de las aplicadas ha logrado todo el efecto deseado. La transmisión comunitaria está disparada y, semana a semana, la sombra ... de un nuevo confinamiento domiciliario se hace más grande. Esta es hasta la fecha la única acción que se ha mostrado capaz de frenar al coronavirus. Pero a un precio económico y social demasiado alto. En Lakua quieren evitarlo, aunque cada vez hay menos margen de maniobra. Tampoco esconden que pueda llegar a ser necesario. De hecho, Euskadi es una de las comunidades que ha pedido al Ministerio de Sanidad que modifique el Real Decreto del actual estado de alarma para poder activar esa herramienta.

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Ayer, Iñigo Urkullu quiso trasladar a la sociedad vasca la gravedad de la situación actual. El primer gesto lo tuvo al decidir ser él quien anunciase las restricciones. En las dos anteriores comparecencias ante los medios para comunicar las decisiones del LABI, ese papel había recaído sobre la consejera de Salud. El segundo gesto fue la claridad con la que se dirigió a la población. «Es fundamental restringir todo lo posible nuestra vida social y movilidad.Si no lo hacemos, estaremos condenados a un nuevo confinamiento», advirtió. Lakua puede poner normas, pero no obligar a que se cumplan. Por eso Urkullu solicitó a la ciudadanía «el máximo rigor y corresponsabilidad social» para seguirlas.

Tienen como objetivo controlar la pandemia para poder salvar también las «navidades» y llegar a esas fechas «en las mejores condiciones posibles, un objetivo compartido» por todos. Está por ver si se podrán celebrar encuentros, comidas y cenas con la familia durante las fiestas si la situación no se endereza. «Entre todos, debemos hacer frente a esta dura prueba, unir fuerzas y poner lo mejor de cada uno de nosotros en pro del bien común que es la salud pública».

En el Gobierno vasco esperan que las restricciones surtan efecto y no sea necesario volver a imponer un nuevo encierro domiciliario para contener al patógeno. Pero, si así fuese, Urkullu reiteró su «resistencia a que la medida sea igual, por lo menos, al confinamiento de marzo, abril y mayo. Caben otras alternativas intermedias».

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