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Aitor Ansa
Martes, 16 de julio 2024, 08:56
El barco guipuzcoano de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario 'Aita Mari' rescató la madrugada del domingo al lunes a 34 personas que se encontraban a la deriva en el mar Mediterráneo. En el grupo había dos mujeres embarazadas, una de ellas de siete meses de ... gestación, y tres menores de edad. Todos ellos se encuentran bien, según informó ayer el antiguo pesquero, que navega en dirección al puerto italiano de Rávena, donde tienen previsto desembarcar este viernes.
El rescate no estuvo exento de complicaciones. La madrugada de este pasado domingo, el 'Aita Mari', que navegaba por el Mediterráneo Central, divisó una embarcación a la deriva «en situación de riesgo». Al comenzar las maniobras de aproximación al bote, la tripulación del barco guipuzcoano observó cómo tres embarcaciones libias, «con algunas personas enmascaradas y armadas, y otras con el rostro visible», se aproximaban al buque de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario, «lo que ha provocado momentos de tensión y una persona se ha tirado al agua», explicaban ayer en un comunicado.
Estabilizada la situación y recuperada en el bote la persona que había saltado al agua, el capitán del 'Aita Mari' dio la orden de proseguir con el rescate mientras dos de las tres embarcaciones libias que aparecieron en el lugar observaban las maniobras de evacuación. En total fueron rescatadas 34 personas que huían de Libia y cuya procedencia oscila entre Egipto, Nigeria, Bangladesh y, sobre todo, Siria. En el grupo había dos mujeres y tres niños menores de edad, aunque según informó el antiguo pesquero guipuzcoano todos se «encuentran bien».
Al finalizar el rescate, hombres de uno de los dos barcos libios, «en medio de la oscuridad y sin luces, han saltado por sorpresa a la embarcación», que ya se encontraba vacía, en la que viajaban las personas en busca de refugio, arrancando el motor y llevándose el bote. «Una práctica», aseguran desde el buque de rescate, «que han comenzado a realizar las mafias para recuperar embarcaciones en los últimos tiempos».
El 'Aita Mari' se encuentra ya en dirección Rávena, situada en la región de Emilia-Romaña, el puerto asignado por el Gobierno italiano para el desembarco, previsto para este viernes día 19. Desde Salvamento Marítimo Humanitario recuerdan que «los guardacostas libios, financiados por Europa, deberían facilitar y no, en cambio, poner en riesgo las operaciones de rescate que, por otro lado, son de obligado cumplimiento para los países ribereños».
Asimismo, vuelven a exigir a los gobiernos europeos que «habiliten vías legales y seguras para quienes buscan asilo en Europa o se ven obligados a salir de sus países, para que no tengan que poner en riesgos sus vidas en el mar o en otras rutas en las que se vulneran los derechos humanos más básicos».
El 'Aita Mari' partió el pasado día 29 de junio desde el puerto de Pasaia en su decimotercera misión humanitaria, la segunda en lo que va de año, con catorce tripulantes a bordo entre socorristas, enfermeros y voluntarios que, como en anteriores misiones, embarcan con el propósito de ayudar a aquellas personas migrantes y refugiadas que ponen en riesgo su vida tratando de cruzar el Mediterráneo huyendo de las guerras o la pobreza, en busca de protección y asilo. Con el de la madrugada del domingo, el antiguo pesquero guipuzcoano ha rescatado ya a 1.291 personas. El buque finalizará la presente misión a finales de este mes o principios de agosto.
Según los datos de mortalidad conocidos, la del Mediterráneo central se considera una de las rutas más mortíferas. Más de 22.000 migrantes han muerto cruzando el Mediterráneo central en la última década, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
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