Renfe usará drones en Euskadi contra los grafiteros tras sufrir 210 ataques en 2022

La introducción de drones llega después de que en 2022 se denunciaran un total de 210 ataques de grafiteros en Euskadi contra convoyes de esta compañía. Una lacra que generó 650.000 euros en daños. Estas acciones delictivas no solo causan un perjuicio económico para las arcas públicas, sino que también obligan a retrasar o cancelar servicios porque las unidades tienen que ser retiradas a cocheras para su limpieza.

El número de incursiones en los ferrocarriles de titularidad estatal en el País Vasco ha crecido de manera notable con respecto a hace una década. En 2013, por ejemplo, los daños provocados por esta práctica ascendieron a 310.000 euros. El año pasado, la superficie atacada por los vándalos rondó los 4.000 metros cuadrados. Hay más datos que hablan de la magnitud de esta problemática. Son estadísticas de Renfe a nivel de toda España: el año pasado, por ejemplo, se invirtieron 10.500 horas de trabajo en limpieza; se calcula que los atacantes gastaron 40.000 botes de pintura y los equipos de seguridad interceptaron a 33 jóvenes, mientras que la Policía puso a disposición judicial a otros 150. En todo el país se abortaron 729 incursiones, dejando el número total de ataques en 3.559.

El uso de drones será posible por los cambios introducidos en la normativa que regula el uso de estos dispositivos no tripulados. Hace solo tres años, los vuelos que se autorizaban en Bizkaia en zonas sensibles se podían contar con los dedos de una mano. Ahora, las autoridades han abierto la mano y los drones están mucho más presentes en la sociedad. Con todo, desplegar una de estas aeronaves en Bizkaia requiere de ciertos requisitos y autorizaciones. Y es que gran parte de la provincia está dentro del CTR (zona de influencia) del aeropuerto de Loiu, un entorno en el que se suele ser más estricto y se precisan más trámites para poder despegar.

Pero los responsables de Renfe tienen margen y terreno suficiente para utilizar ese dron que estará basado en Bilbao. La línea de Cercanías C-3, por ejemplo, cubre una distancia importante entre la capital vizcaína y Orduña, fuera del CTR. Se trata de un punto caliente, con numerosos actos vandálicos perpetrados en los últimos tiempos.

¿Qué puede aportar un dron en la lucha contra los grafiteros? Las fuentes consultadas sostienen que su gran ventaja es que permite llegar de manera ágil a puntos que igual no son tan accesibles en tren o en coche. Además, aporta información clave para mejorar la coordinación y la operatividad de los equipos de seguridad. Y algo nada desdeñable, también supone un elemento de disuasión. En concreto, el dron que va a utilizar Renfe contará con cámaras de alta resolución para filmar a los grafiteros. Igualmente dispondrá de un sistema de audio para advertir a los delincuentes que están siendo grabados y que las fuerzas policiales han sido alertadas. Estos altavoces podrían ser complementados con sonidos de alarma o sirenas.