Los efectos del cambio climático llevan años notándose, pero cada vez somos más conscientes de sus consecuencias. Este miércoles la ciudad italiana de Siracusa, un municipio costero en el extremo oriental de Sicilia, ha alcanzado los 48,7 ºC, la temperatura más alta de Euopa ... desde que se tienen registros. El país transalpino vive días de mucho bochorno, y este fenómeno también se está dejando notar en los incendios. En Calabria y Sicilia los bomberos han realizado 300 intervenciones en las últimas horas.
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La atmósfera está cada vez más caliente, año a año la temperatura aumenta. Un fenómeno que puede ir agravándose con el paso del tiempo. Los expertos advierten que si no se toman medidas drásticas para frenar el cambio climático, los núcleos urbanos del país podrían ganar otros 2,5 grados de cara a 2050.
Ahora una ola de calor acecha el sur de Europa, y España no se libra. Se prevé que los termómetros alcancen los 45 grados en algunos puntos durante las próximas horas. Este ascenso de los termómetros continuará los próximos días favorecido por la entrada de una masa de aire muy cálida, de procedencia africana, a través del sur peninsular. Esta se intensificará y extenderá a la mayor parte de la Península y Baleares. Sin embargo, Euskadi, todo el área cantábrica y buena parte de Galicia apenas notarán este fenómeno.
Todo esto llega en una semana clave para el cambio climático, después de que la ONU publicara el demoledor informe que advertía que, si se quiere acabar con la destrucción del planeta, hay que actuar ya.
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Los expertos de la ONU desvelaron el lunes que el planeta, debido a las altas emisiones de CO2, se calienta a un ritmo alarmante, con una elevación de la temperatura de 1,1 grados en el último siglo. Sin embargo, este calentamiento no solo varía según qué zona de la Tierra, sino también entre las ciudades y las áreas rurales o residenciales.
Las capitales de provincia españolas han visto cómo se disparaban sus temperaturas en un grado de media en los últimos 30 años, según el Observatorio de la Sostenibilidad. En realidad, el ritmo urbano es mucho más acelerado. Solo en la última década la temperatura de estas capitales subió 0,73 grados, un 25% más rápido que la media española.
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El resultado es que, entre que partían de temperaturas más altas y que las elevan a mayor ritmo, las ciudades españolas tienen 1,5 grados más que la media de los termómetros del país.
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