

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
El 18 de junio de 2021 la arquitecta Leire Malkorra extrajo la mano de Irulegi en la excavación arqueológica del yacimiento navarro del mismo nombre ... que realizaba la Sociedad de Ciencias Aranzadi con un equipo dirigido por Mattin Aiestaran. Hasta que se inició su limpieza días después, no se supo que el objeto tenía un inscripción. La mano, una pieza de bronce de 143,1 milímetros de longitud, fue presentada el 13 de noviembre de 2022 y su epígrafe causó sensación por su primera palabra, 'sorioneku'. Parecía comprensible para cualquiera con un conocimiento mínimo del euskera, aunque solo sea cantar 'Zorionak zuri' en los cumpleaños. Datado en el siglo I a.C., el texto fue descrito como el primero conocido en lengua vascónica –antecesora del euskera–. Ahora, un dosier de artículos editado por los expertos Joaquín Gorrochategui y Ekaitz Santazilia en la revista semestral de lingüística y filología vasca 'Fontes Linguae Vasconum', publicada por el Gobierno de Navarra, pone en evidencia que todavía no se puede asegurar a qué lengua corresponde el texto: ni vascónico, ni ibérico, ni cualquier otra lengua paleohispánica más o menos conocida.
El dosier, formado por una introducción y nueve artículos escritos por una docena de especialistas de primer nivel, fue publicado el 28 de diciembre pasado. El hecho de que los estudios diverjan en sus análisis y conclusiones revela la complejidad del asunto.
Francisco Beltrán, catedrático de Historia Antigua en la Universidad de Zaragoza, dedica su artículo a estudiar qué clase de objeto es la mano en sí. Una «mano cortada», de hecho. «Representa de forma muy esquemática una extremidad superior derecha abierta e invertida, es decir con los dedos dispuestos hacia abajo, con la inscripción en la parte dorsal y la palma lisa». Beltrán considera que puede interpretarse la mano de Irulegi como la representación de «una extremidad cortada a modo de trofeo de combate», lo que aconseja situar la interpretación del texto dentro de unos parámetros compatibles con el ambiente guerrero que se desprende de la iconografía del soporte.
Los problemas surgen a la hora de interpretar el texto que contiene. Los textos, porque en realidad son dos: uno esgrafiado y otro punteado por encima del primero. ¿Por la misma persona? ¿por otra corrigiendo a la primera? Misterio. Resulta que no coinciden. Hay 'pequeñas' diferencias que complican la interpretación.
¿Y de qué lengua se trata? Lo que hizo que la mano de Irulegi acabara decorando camisetas, colgantes e imanes para la nevera, o hasta que tenga perfiles en redes sociales, fue que se presentó como «el primer documento indudablemente escrito en lengua vascónica y además escrito en un signario que probablemente es también un signario específicamente vascónico», como se puede leer en el libro 'Irulegi: un testimonio epigráfico del siglo I a.C. en el valle de Aranguren', editado por Aranzadi en 2022.
Si en algo coinciden los autores de estos nuevos estudios publicados en 'Fontes Liguae Vasconum' es en que ese «indudablemente» no se sostiene y que dudas hay muchas. De entrada, Gorrochategui (catedrático de Lingüística Indoeuropea en la UPV/EHU) y Javier Velaza (catedrático de Filología Latina en la Universidad de Barcelona) alejan el famoso 'sorioneku/ke' del actual 'zorioneko'.
Consideran que, al ser la mano algún tipo de exvoto u ofrenda, la posición de la palabra «al inicio del texto expresaría la entidad a la que se dedicaría la inscripción». Sin embargo, sí que encuentran relación con el euskera en la última palabra del epígrafe, 'eraukon', «que admite sorprendentemente una equiparación formal buena con las formas vascas del verbo causativo *eradun 'hacer tener' > 'dar', que encajaría bien en la semántica de una dedicación».
Por su parte, el citado Francisco Beltrán apunta que «en cuanto a la lengua, puede afirmarse con seguridad que no es celtibérica y que –pese a alguna posible conexión– no cuenta con paralelos ibéricos inequívocos. Este hecho abre la posibilidad de que pueda adscribirse al vascónico, el tercer idioma atestiguado en la región navarra».
El filólogo Eduardo Orduña, del Grup Littera, de la Universidad de Barcelona, indica que «se trataría de un texto de carácter votivo redactado en dos momentos, probablemente una dedicación por parte de Sorion a una divinidad Otzirtanes, escrita en lengua vascónica», con «una morfosintaxis en gran parte compatible con el vasco histórico».
El epigrafista Joan Ferrer i Jané, también del Grup Littera, de la misma universidad, observa que la inscripción «presenta un mayor grado de afinidad con el iberico de lo esperado» y concluye que «parece prudente esperar a que se documenten mas textos vasconicos para dar una respuesta solida a esta cuestion».
Los filólogos Eneko Zuloaga y Borja Ariztimuño, ambos de la UPV/EHU, señalan que la interpretación lingüística de la mano «viene condicionada por el primer elemento, el 'Sorioneku/Sorioneke' que completa la primera línea del texto. Su clara semejanza con la forma 'zorioneko' del vasco actual hace pensar, en un primer momento, en la adscripción de la lengua de la mano al universo paleoeuskérico». Pero «la falta de inteligibilidad de las líneas subsiguientes y la consulta del corpus histórico vasco llaman inmediatamente a la cautela».
Julen Manterola, de la EHU/UPV, y Céline Mounole, de la Universidad de Pau, ambos lingüistas, plantean como conclusión preliminar que «la hipótesis de la interpretación vasca no es concluyente y que no se puede determinar la filiación vasca del texto. Con los datos de que disponemos, no es posible certificar que alguna forma antigua de euskera esté atestiguada en la mano de Irulegi, aunque esa posibilidad queda inevitablemente abierta».
Quizá el mejor resumen del estado de la cuestión lo presente el lingüista Iván Igartua, de la UPV/EHU. «Dar sentido cabal a la inscripción de Irulegi es una tarea que se resiste, tanto si se partede la comparación con el euskera como si es el ibérico el término de esa comparación». Parafraseando a Churchill, escribe que «vistas las dificultades que rodean la interpretación lingüística de los elementos que conforman la inscripción de Irulegi, posiblemente no haya más remedio que rendirse a la evidencia de que esas cuatro líneas constituyen un endiablado acertijo, envuelto en un misterio y dentro de un enigma de ardua solución».
Completan este dosier de 'Fontes Linguae Vasconum' sobre la mano de Irulegi los artículos 'Zorioneko y zorion: lo que nos dice de ellos la historia de la lengua vasca', del filólogo Joseba A. Lakarra (UPV/EHU), y '¿Es la lengua de la mano de Irulegi la antecesora directa del euskera histórico?', del también filólogo Mikel Martínez-Areta (UPV/EHU).
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La NASA premia a una cántabra por su espectacular fotografía de la Luna
El Diario Montañés
Encuentran muerta en un río a la actriz Sophie Nyweide
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.