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Con el coraje y la serenidad de un adulto, un niño de 10 años logró pedir ayuda para salvar a su madre de los abusos de su padre. El chaval se las ingenió para llamar a emergencias y no ser descubierto. Así, el chico fingió que pedía comida a domicilio. «Quisiera pedir unas pizzas», dijo el niño en lugar de describir la situación que se desarrollaba en su casa de Latina, en la provincia de Lazio, en Italia.
Un mensaje en clave para que su padre no descubriera que hablaba con los servicios de emergencia. El operador del 112 le preguntó si estaba en peligro o si alguien le estaba haciendo daño. El chico no respondió, pero dejó la línea abierta, lo que permitió a las autoridades que se encontraban al otro lado del teléfono escuchar los gritos en la vivienda.
Ante esa situación, la Policía geolocalizó el móvil utilizado por el niño y dieron con la ubicación de la casa. De inmediato, los agentes se personaron en el lugar en pocos minutos y arrestaron al padre.
Por su parte, el comandante provincial del Arma, Christian Angelillo, destacó en una rueda de prensa la importancia de este tipo de llamadas. «Debemos aprender a escuchar lo que no se dice», subrayó.
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