Dolor de cabeza, pérdida de olfato, dolores musculares, mareos... Son todos ellos problemas neuronales que se han detectado en enfermos por Covid-19. No solo mientras tenían la enfermedad. Una vez superado el coronavirus se manifiestan en algunos casos como males asociados al virus que nos mantiene confinados en nuestras casas desde hace dos meses. La batalla continúa.
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Después se habló del síndrome de Kawasaki, que afecta a los niños, pudiendo incluso costarles la vida por una inflamación súbita y generalizada de sus órganos internos. Más tarde, todo en cuestión de semanas, se constató un preocupante aumento de los ictus entre personas jóvenes, menores de 50, que habían ganado la primera batalla al Sar-cov-2.
Lo último son los trombos. Han saltado a los diarios digitales porque un político de la ultraderecha española ha alardeado en redes sociales de sufrirlos. Es el mismo que ya dijo haber caído enfermo por el covid y que celebró un acto público con simpatizantes de su formación en el que se le vio repartiendo besos y abrazos sin poder frenar el moqueo generado por la infección.
Javier Ortega Smith ha sido ingresado de urgencia tras sufrir varios trombos en sus piernas, que han alcanzado también los pulmones. Es habitual, y por eso son tan peligrosos los coágulos en las extremidades, que viajen a otras partes del cuerpo. En el caso del ultranacionalista le afecta también a los pulmones. Por los selfies compartidos parece que se recupera.
No obstante, el caso saca otra vez a la luz el peligro de una pandemia que no solo causa miles de muertes, sino que encadena a secuelas médicas de por vida a muchos de los enfermos graves que lograron recuperarse. El Covid.19 tiene segunda parte y esa también hay que ganarla.
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Los especialistas explican que la propensión a la trombosis se debe a que al luchar contra una infección el organismo genera citocinas, que son agentes inflamatorios necesarios en la respuesta inmonológica. Pero al mismo tiempo afectan a la plaquetas generando desequilibrios en la coagulación de la sangre. Según estudios realizados en la población de Wuhan, donde se registró el primer brote de la enfermedad, hasta un 20% de los pacientes en UCI presentaron trombosis.
En Euskadi se ha liderado un estudio sobre grandes trombos centrado en los ictus o infarto cerebrales. El trabajo, liderado por el jefe de Neurología del centro bilbaíno y coordinador de los programas Covid-19 de la Sociedad Española de Neurología (SEN), Juan Carlos García-Moncó, está pendiente de su publicación en una reconocida revista científica de impacto mundial. El estudio ha supuesto el seguimiento de un centenar de pacientes y forma parte de un informe más amplio que analizan las manifestaciones neurológicas que están ligadas a la infección por Sar-cov-2. «Creemos que son una causa indirecta de la infección, porque sólo en un paciente en el mundo se ha visto restos del virus en su bulbo raquídeo», explica García-Moncó.
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