La contaminación del mar por plásticos es uno de los problemas medioambientales que más preocupación suscita. La Agencia Espacial Europea (ESA) está desarrollando un método de seguimiento por satélite que podría ayudar a rastrear su alcance y saber hacia dónde se dirigen estos contaminantes. Como ... paso previo, ha realizado una prueba a escala en un enorme tanque de agua.
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Cada año se vierten a los océanos unos 10 millones de toneladas de plástico. Pero los expertos solo saben a ciencia cierta qué ocurre con aproximadamente el 1 % de esa cantidad. En el futuro, el seguimiento por satélite «podría ayudar a rastrear su alcance y saber hacia dónde se dirige, en caso de demostrarse su eficacia práctica».
«¿Es posible detectar en alguna medida plásticos flotantes mediante seguimiento espacial?», plantea Peter de Maagt, ingeniero de la ESA. La agencia lleva trabajando desde 2018 en el desarrollo de estos sistemas de seguimiento de la contaminación marina. «Hasta ahora, los investigadores hemos elaborado hipótesis para ver qué podría funcionar mejor, pero estamos trabajando para evitar basarnos en conjeturas». Y esto se logra a través de la experimentación.
Las pruebas se han hecho en el Instituto de Investigación Deltares, cerca de Delft, Países Bajos, que posee una enorme instalación que reproduce las condiciones de la cuenca atlántica, con generadores de olas que simulan a escala las de los océanos. Como contaminantes, se usaron elementos previamente recuperados del mar. «Pusimos esta instalación a disposición de diferentes grupos europeos que investigan métodos para identificar la basura plástica marina vía satélite, seleccionados a través del Open Space Innovation Platform de la ESA», detalla De Maagt.
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Situándose a cierta altura de la instalación, los equipos participantes intentaron simular las observaciones desde el espacio. Los investigadores del Instituto de Telecomunicaciones de Portugal y la Universidad de Stirling de Escocia utilizaron la teledetección por radar. La Universidad Politécnica de Cataluña hizo uso de la reflectometría GNSS, que se basa en las señales que emiten los satélites de navegación. Por último, un grupo de la Universidad de Oldenburg de Alemania utilizó instrumental óptico.
«Los resultados iniciales parecen prometedores, lo que significa que, en determinadas circunstancias, los equipos recibieron señales utilizables, pero aún queda mucho por analizar», resume De Maagt.
Un equipo de investigadores ha detectado partículas de plástico transportadas hasta los Alpes por el viento desde ciudades como París, Londres y Fráncfort en el observatorio meteorológico de Sonnblick, en el estado de Salzburgo, Austria, a unos 3.100 metros de altitud.
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Los científicos buscaban partículas orgánicas en muestras de nieve o hielo, que evaporaban para analizar los residuos. «Nuestro método de detección es un poco como una nariz mecánica. E inesperadamente olió plásticos quemados en nuestras muestras de nieve», ha explicado en un comunicado el investigador principal, Dusan Materic. Los científicos han encontrado una sorprendente correlación entre las altas concentraciones de nanoplásticos y vientos provenientes sobre todo de Fráncfort y el Ruhr en Alemania, pero también de los Países Bajos, París e incluso Londres.
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