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Jesús J. Hernández
Domingo, 1 de abril 2018, 00:57
Dos tercios más que el año pasado. Unos 333 millones. Eso es lo que ha consignado para las obras ferroviarias vascas el Ministerio de Fomento, un 64% más que en 2017. Solamente la construcción del Tren de Alta Velocidad (TAV) en Euskadi se llevará 299, ... 4 millones de euros en doce meses. Una cifra que permitiría cumplir con los ajustados plazos que se manejan para la llegada de la alta velocidad vasca, prevista para 2023.
El ministerio que lidera Íñigo de la Serna tiene previsto acometer avances significativos en diferentes puntos del trazado por el País Vasco. En primer lugar, Fomento iniciará «las obras en todos los tramos del nudo de Bergara», según fuentes acreditadas del ministerio. Tras rescindir los contratos anteriores, la mayoría de ellos están actualmente en licitación y alguno ha sido ya adjudicado. El segundo hito tiene que ver con «la solución y cofinanciación» de la entrada a las tres capitales vascas. En Bilbao se hará de forma soterrada, tal y como anunció el propio De la Serna hace un mes. La nueva estación de Abando abrirá sus puertas en 2023, tras unas obras con un coste -compartido con otras instiuciones- de unos 730 millones. En 2018 Fomento realizará los estudios informativos de la futura estación. La prioridad del ministerio es garantizar la llegada de la alta velocidad a Bilbao dentro de plazo y se acometería en una fase posterior «el desarrollo en la superficie». La reorganización urbanística, tras el soterramiento, abre la puerta a unas importantes plusvalías que los expertos cifran en unos 300 millones.
La futura estación de Vitoria está en una fase similar y también verá concretarse sus estudios informativos a lo largo del año 2018. En el caso de la de San Sebastián ha sido licitada por unos 90 millones y forma parte del último acuerdo del Cupo. El tramo guipuzcoano, de aprobarse el presupuesto, contará con una partida específica para crear el prometido tercer carril entre Astigarraga e Irún. Ese ‘tercer hilo’ del TAV permitirá el enlace con París.
Hay un capítulo que aparece por primera vez en los Presupuestos, «la planificación de la conexión de la ‘Y vasca’ con Pamplona dentro del corredor cantábrico-mediterráneo». Según ha podido saber EL CORREO, en 2018 se abordarán los estudios informativos. De cualquier modo, el Gobierno central ha decidido ya invertir en este enlace la cantidad de 780 millones de euros en una partida plurianual que llega hasta 2023.
En total, Fomento relanzará el TAV con 299,4 millones de euros. Sumados a otras obras ferroviarias -es la principal competencia de este ministerio en el País Vasco- se alcanzan los 333 millones, un 64% que un año antes. La apuesta por Euskadi del Gobierno queda clara cuando se observan las inversiones previstas en comunidades limítrofes. En Cantabria, por ejemplo, el ministerio tiene previsto centrarse en mejorar las conexiones por carreteras, con una partida de 113 millones, que ya representa un 27% más que en 2017.
El listado de inversiones previstas, según fuentes de Fomento, «cumple los compromisos alcanzados con el País Vasco y también con el PNV como partido». Lo hace en un momento delicado para las relaciones entre Moncloa y Sabin Etxea. Los Presupuestos Generales del Estado, de los que depende la continuidad de la legislatura, necesitan del apoyo del PNV. El EBB insiste en que no facilitarán la aprobación mientras que se mantenga el artículo 155 en Cataluña, pero tampoco le gusta la posibilidad de un anticipo electoral en España. El resultado de las urnas es incierto en pleno auge de Ciudadanos y podría propiciar, a juicio de los jeltzales, «mayorías absolutas de una nueva derecha que nos retrotraigan a los años negros del ‘aznarato’». La distancia creció tras el aviso de un recurso de inconstitucionalidad contra los Presupuestos vascos por contemplar una subida del 1,5% en el sueldo de los funcionarios. Los nacionalistas pidieron al PP que busque apoyos para sus Cuentas en otros caladeros y señalaron a un PSOE que se muestra distante.
En este clima, el plan de Fomento podría contribuir a calmar tensiones. Se antoja en clave de oferta y no de amenaza. En Fomento admiten sin ambages que una parte de los 333 millones de euros llegarán a Euskadi aunque no haya acuerdo presupuestario. «El nudo de Bergara seguirá adelante incluso si se prorrogan las Cuentas pero la capacidad de endeudamiento de Adif será sustancialmente menor si no salen adelante». Afectaría especialmente a las inversiones en la red convencional.
De hecho, la obra civil del tramo guipuzcoano del TAV la ejecuta el Gobierno vasco, que adelanta un dinero que recupera vía Cupo mientras que Fomento se ocupa directamente del ramal que enlaza Bizkaia y Álava. La estructura del primero podría acabarse en 2019 y el segundo en 2021. En los dos siguientes años se instalarían las vías, catenaria y elementos de seguridad. Tras un periodo de pruebas, el primer TAV cruzaría Euskadi en 2023.
Entre los compromisos del Gobierno central para el año 2018 hay una partida dirigida a «la supresión de los pasos a nivel y la adecuación de estos entre andenes». El Ministerio de Fomento ha consignado nueve millones de euros que pondrán fin a la grave peligrosidad que entrañan. No se conoce el detalle de cuáles serán -la Delegación del Gobierno detallará los planes concretos la próxima semana-, pero los de Areeta y Zorroza tienen las horas contadas. El segundo, según el Ayuntamiento de Bilbao, ha costado la vida a más de una veintena de personas. Los dos últimos arrollamientos mortales se produjeron en 2016.
Los vecinos son los primeros que se manifiestan para exigir su eliminación, más aún cuando viven situaciones como las de El Kalero (Basauri) y Santa Águeda (Barakaldo). Allí, Adif está instalando un sistema contra las averías, que han dejado en numerosas ocasiones alarmantes imágenes de trenes circulando mientras las barreras de seguridad están levantadas y ayudantes de maquinistas apeándose de los convoyes para regular el tráfico y dar paso al tren. Sólo en esos dos puntos, requerirá una inversión de 452.000 euros.
Al tratarse de las vías convencionales de Adif, que recibe más financiación en 2018, este tipo de actuaciones dependen de forma especial de la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Si se prorrogasen, sólo aquellos pasos que ya aparecían en las Cuentas de 2017 tendrían garantizado experimentar avances. El de Zorroza tiene garantizada la luz verde.
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