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Prisión provisional, comunicada y sin posibilidad de fianza. Fue la decisión que ayer adoptó el titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Tolosa que dirige el proceso judicial abierto contra el presunto autor de la violación cometida hace poco más de ... una semana en Beasain. Al detenido se le imputa por este último caso un delito de agresión sexual y otro de detención ilegal. Pero además, los resultados de ADN confirman que con anterioridad el varón agredió sexualmente al menos a otras cuatro mujeres, delitos que se instruyen en órganos judiciales de Tolosa y San Sebastián.
El arrestado, de 35 años y nacionalidad rumana, fue conducido a mediodía de ayer en un coche patrulla de la Policía vasca desde los calabozos de la comisaría de Oria hasta los del Palacio de Justicia de Tolosa. El investigado fue detenido el pasado viernes como presunto autor de la violación cometida la madrugada del pasado día 13 sobre una joven a la que conocía y a la que abordó de madrugada en el descansillo de su casa cuando se disponía a ir al trabajo.
El detenido mantenía sobre la chica un estrecho control, ya que conocía sus hábitos de vida, el horario laboral y además sabía que se encontraba sola en la casa. La víctima residía en el mismo piso con una hermana y otro hermano. Este último trabajaba en la empresa de la que el presunto violador era titular, radicada en el polígono Zubierreka de Lazkao, dedicada al mantenimiento de industrias.
Gracias a la relación laboral que tenía con el hermano, el agresor sabía que la noche que había elegido para perpetrar el ataque, la víctima se encontraría sola. El grado de conocimiento que tenía sobre la situación era tal que incluso sabía que la otra hermana, se había ido de vacaciones justo la víspera.
El autor accedió al portal con un viejo juego de llaves que tenía cuando anteriormente había residido en el mismo inmueble. En el momento en el que la chica abrió la puerta, le propinó varios golpes en la cara y seguido le puso un trapo «con olor a disolvente» que le dejó aturdida. A continuación, la introdujo de nuevo en el piso y la forzó sexualmente.
El retraso de la víctima en acudir a su trabajo alertó a sus compañeros. El dueño de la empresa se personó en la vivienda y al comprobar su estado llamó a la Ertzaintza. Los restos biológicos obtenidos por los médicos forenses en el cuerpo de la víctima permitieron la identificación del agresor. La analítica de ADN realizada por la Policía Científica de la Ertzaintza confirmó que las muestras genéticas obtenidas en la víctima era coincidentes con las del detenido. Este estaba ya en el punto de mira de la Policía por su relación con el hermano y después también de que la comunidad rumana de la comarca trasladara a la Ertzaintza sus sospechas de su participación en los hechos.
Pero la analítica no solo confirmó que el investigado atacó sexualmente a la chica de Beasain, sino que dejó al descubierto que su perfil genético aparecía en otras cuatro agresiones que se habían cometido entre 2012 y 2015.
Según el auto dictado ayer por el juez en el que se acuerda el ingreso en prisión del presunto violador, dos de los anteriores ataques se llevaron a cabo en agosto y septiembre de 2012. El tercero fue también en septiembre pero del año siguiente y el cuarto se perpetró en enero de 2015.
En todos ellos, el investigado puso en práctica un 'modus operandi' en el que combinó métodos de abordaje a las víctimas parecidos al último de Beasain. En uno usó un spray de pimienta para neutralizar a la mujer y en otro, le propinó un puñetazo. A la tercera le puso un pañuelo impregnado de una sustancia paralizante y a la cuarta le introdujo una prenda en la boca con otro producto que le hizo perder el conocimiento. Tres de estos últimos cuatro casos se instruyen en órganos judiciales de Tolosa y el otro en uno de San Sebastián.
2012. Agosto y septiembre La primera de las agresiones se cometió en el mes de agosto y un mes después se presentó la segunda.
2013. Septiembre La tercera de las denuncias se interpuso un año más tarde, en septiembre.
2015. Enero Ese mes se cometió el anterior ataque con un modo de actuar similar.
2019. Julio El pasado día 13 perpetró la última violación en Beasain.
Pero además de los cinco asuntos en los que se ha confirmado la presencia de un rastro genético del acusado en las mujeres agredidas, la comunidad rumana de la zona del Goierri ha trasladado a los investigadores de la Ertzaintza sus sospechas de que el detenido podría haber forzado a otras mujeres de su misma nacionalidad, que no habrían llegado a denunciar los ataques ya fuera por vergüenza o miedo. En este sentido, algunas fuentes confirmaron que el agresor habría cometido los delitos en el interior de los domicilios de las víctimas.
El acusado se negó ayer declarar, un derecho que asiste a todo detenido, tras lo cual la fiscal Ana Giménez solicitó su ingreso en prisión. La presentante del ministerio público fundamentó su petición en que dada la gravedad de los hechos existía un evidente «riesgo de fuga». Además, defendió que cabía la posibilidad de que pudiera volver a delinquir.
La letrada de la acusación particular se adhirió a esta petición, en tanto que el abogado del encausado pidió la libertad provisional. Sostuvo que dado el «arraigo» del investigado -reside en Ordizia y tiene dos hijos- no existe riesgo de que vaya a eludir la acción de la justicia.
El juez, sin embargo, estimó los argumentos de las acusaciones. En la resolución, afirma que «existen indicios racionales» de que el detenido es el autor de la agresión de Beasain, por lo que, según recuerda el magistrado, podría ser sentenciado a penas de entre 6 y 12 por el delito contra la libertad sexual, y de 4 a 6 por la detención ilegal.
El juez destaca además que el perfil genético del investigado es coincidente con las otras cuatro agresiones, de manera que sostiene que la gravedad del castigo que el ordenamiento jurídico contempla podría ser motivo para eludir la acción de la justicia, de ahí que estime necesario neutralizar dicho peligro. Por ello, concluye que la prisión provisional es la única medida cautelar para garantizar la presencia del investigado en el proceso.
El auto de prisión es susceptible de ser recurrido en reforma ante el mismo órgano judicial, para lo cual existe un plazo de tres días. Asimismo, cabe la posibilidad de que la defensa interponga un recurso de apelación ante al Audiencia Provincial para lo cual contará con un plazo de cinco desde las fechas de notificación.
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