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iván benito
Domingo, 2 de agosto 2020, 08:17
«Nos preocupa, queremos hacerlo todo lo mejor posible». «Se pueden crear situaciones complejas, pero eso no significa que no tenga que salir bien». «Va a ser una campaña más tensa». Son frases que suscriben los alcaldes de Rioja Alavesa y bodegueros entrevistados ... por este periódico. La vendimia que se acerca será rara. La más extraña en mucho tiempo y no porque hayan sufrido granizo o mildiu, que también, sino por la incertidumbre que genera el avance del coronavirus en España. En las localidades vitivinícolas no hay casos -cero positivos ayer mismo-, pero pronto van a llegar los 2.500 trabajadores que cada año ayudan a los alaveses a sacar adelante el vino, el producto estrella del agro local.
«Nosotros ya hicimos en la poda en verde los PCR a los temporeros cuando nadie los hacía. Entonces contratamos a 23 y ahora esperamos que lleguen 30. Son cuadrillas de Jaén que llevan con nosotros muchos años y son como parte de la familia, así que a la hora de contratar no tendremos problemas». Habla Juan Luis Cañas, dueño de la bodega que lleva su nombre y Amaren en Villabuena y Samaniego. Tiene ya diseñado todo un plan para evitar riesgos. «Hay que tener mucho cuidado y para eso hay que poner remedios. Contamos con una residencia que parece un colegio, donde mantendrán siempre la distancia y no van a necesitar salir. Una persona de la bodega se encargará de comprarles todo lo que necesiten. Tabaco, patatas... Lo que sea».
Hasta en los traslados habrá medidas. «Irán de la residencia a los viñedos y lo harán en tres furgonetas grandes que disponemos para ello». «La preocupación que hay en el pueblo es impresionante. Si van a tener vino, si les va a llegar, el miedo al contagio... Es un año para olvidar, todo el mundo quiere que acabe. Entre el granizo, el mildiu, la pandemia... Solo quiero que esto arranque, inventen la vacuna y todo vuelva a la normalidad», sentencia.
En las palabras de la gerente de Bodegas Remírez de Ganuza, Victoria Fernández, se nota la tensión ante un reto mayúsculo. «Nuestra mayor preocupación y el mayor riesgo es tener un brote. Nos confinarían y la uva no puede esperar, por lo que perderíamos el año. Tomaremos todas las medidas posibles».
bodegas remírez de ganuza
«Nuestra prioridad es la seguridad de todo el mundo», agrega la alcaldesa de Lapuebla de Labarca, Maite Córdoba. Se pregunta cómo se van a organizar las idas y venidas para descargar los cestos, la desinfección de las herramientas que se comparten y cómo podrán reaccionar rápido en caso de que haya un positivo. «Lo de las pruebas PCR me parece fundamental y deberían estar todos obligados. Quizá podríamos aprovechar los días en que se hacen los cursos de riesgos laborales para hacerlas», reflexiona.
José Antonio Suso, alcalde de Leza, además de presidente del PNV alavés, es partidario incluso de adelantar los test y hacerlos cinco o seis días antes de que empiece la vendimia. Leza cede a la UAGA un albergue de 36 plazas dividido en tres módulos, con entradas individuales, baños y cocinas. «Salud nos dirá si el aforo vale o no».
José antonio suso (leza)
Suso indica que a pesar del importante volumen de personas que se mueve por la zona en septiembre, la mayoría son trabajadores del entorno o que llegan de comunidades limítrofes como La Rioja, Navarra o Burgos, con lo que confía en que los rastreos sean más sencillos de hacer. Y habla sobre todo de conciencia colectiva. «Todos saben lo que se juegan. Hay que tener cuidado, evitar las reuniones fuera, mantener el máximo de tiempo en sus locales. Van a tener que hacer una vendimia más triste, pero si todos lo hacemos bien y con responsabilidad, esto sale».
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