Valerie Masson-Delmotte | Premio Fronteras del Conocimiento en la categoría de Cambio Climático

«Lo que nos afecta no son las cifras del cambio climático, sino sus consecuencias»

Su instrumento de trabajo es el hielo. Las masas heladas permiten a los científicos saber cómo fue el clima en el pasado. Masson-Delmotte confirmó en el hielo de Groenlandia lo que su compatriota Jean Jouzel había descubierto en la Antártida: el «vínculo fundamental» entre las concentraciones de gases de efecto invernadero y el aumento de la temperatura atmosférica en todo el planeta a lo largo de los últimos 800.000 años. «La tecnología permitiría reducir las emisiones a la mitad en esta década, pero falta financiación», afirma.

– El hielo es para ustedes como una máquina del tiempo. ¿Qué ven cuando miran en él?

– Extraemos mucho conocimiento sobre el clima del pasado. Lo primero es el incremento de la concentración de los gases de efecto invernadero en la atmósfera, algo que es inédito. El hielo de la Antártida muestra la ruptura desde la revolución industrial. En la actualidad el nivel es un 50% más elevado que en cualquier periodo anterior. También vemos que hay una relación muy estrecha entre el ciclo de carbono y el clima. El actual calentamiento supone una ruptura de respecto a los últimos 2.000 años en cuanto a los glaciares y la subida del nivel del mar.

– Incluso sirve para, de alguna manera, prever el futuro, ¿verdad?

– Así es. Conocer la respuesta del hielo en Groenlandia y la Antártida en periodos cálidos del pasado nos permite reducir las incertidumbres que tenemos respecto a las proyecciones futuras. Nos prepara para el clima actual.

– 2023 fue el año más cálido desde que se tienen registros. ¿Está calando el mensaje contra el cambio climático?

– La temperatura de la superficie de la Tierra ha llegado a un nuevo récord. El mes pasado, 159 científicos hemos hecho una actualización de la situación del clima y hemos mostrado que en los últimos 10 años el calentamiento ha sido 1,2 grados superior al de finales del siglo XIX. Y todo ello se debe a las actividades humanas. Pero este indicador no es lo que realmente afecta a las personas. Lo que afecta a las personas son las consecuencias climáticas donde viven, como las olas de calor extremas, estaciones o muy húmedas o muy secas, subida del nivel del mar, incendios… El mes pasado vimos temperaturas de más de 50 grados en India, que ha dado lugar al cierre de colegios y a un aumento de la mortalidad. Ha habido cientos de víctimas. No es el calentamiento como tal, sino sus consecuencias. Yo creo que es importante la educación climática, que la gente entienda la gravedad de la situación y cómo afecta a los lugares donde vivimos. Sin culpabilizar.

– ¿Llegamos tarde ya?

– Hemos conseguido dejar de emitir entre 4 y 5 millones de toneladas de gases de efecto invernadero. Estamos en un momento de que se han bloqueado las emisiones, no suben más. Pero todavía no podemos felicitarnos realmente por esto porque no sabemos cómo va a ser este calentamiento las próximas décadas. Tenemos la capacidad técnica de reducir a la mitad las emisiones de efectos de gases de efecto invernadero durante esta década para así permitir que la gente viva bien, pero no está suficientemente financiado.

– Todos podemos ayudar. Usted va al trabajo en bicicleta eléctrica...

– Muchas de las acciones en favor del clima tienen también efectos positivos sobre la salud. Ir en bicicleta eléctrica al trabajo es una acción positiva para la calidad del aire y se hace ejercicio. El transporte supone el 30% de los gases de efecto invernadero, sobre todo el uso individual de coches. Así que es un tema muy importante. No hay una única solución de cara a la movilidad, sino una serie de soluciones en conjunto. El urbanismo de las ciudades es también importante, que los lugares de trabajo estén más cerca de donde la gente vive, y que haya carriles-bici para poder circular de forma segura.

– ¿Algún mensaje para los negacionistas? Pese a la avalancha de datos, siguen en sus trece.

– Se trata de una ideología, una opinión que no está basada en hechos. Por eso es muy difícil convencerles. Lo que hay que hacer es hacerles accesibles los resultados obtenidos por la ciencia para que vean la ruptura que supone la situación actual. Además, el clima no es una cuestión aislada. Si su prioridad es, por ejemplo, la soberanía, si dejas de utilizar combustibles fósiles, pasas a ser soberano a nivel energético.