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Lunes, 16 de diciembre 2019, 19:02
La Policía Nacional ha visitado en los últimos meses las viviendas de decenas de enfermos terminales en diferentes puntos de España, entre ellos algunos vascos. Sus nombres y direcciones aparecían en un listado de un proveedor de venta de medicamentos en el mercado negro a ... través de internet. Los agentes buscaban en sus casas Pentobarbital, un potente sedante que fue retirado de las farmacias décadas atrás por los riesgos que entrañaba su mal uso. Un exceso en su consumo podía provocar la muerte. Y ese es precisamente el fin que buscan las personas que lo adquieren a través de la red.
Este producto está despenalizado en los países en los que la eutanasia está legalizada, caso de Suiza y Holanda. En España la Asociación Derecho a Morir Dignamente insiste en que su compra y posesión no es delito. Otra cosa distinta es su venta para uso humano. Y por eso han enviado una carta a sus socios en la que les comunicaban que las fuerzas de seguridad estaban acudiendo a casas de algunos asociados que habían adquirido este producto y les informaban que, de haberlo comprado, no tiene la obligación de entregarlo salvo que lo ordene un juez.
El Pentobarbital es uno de los productos que figuran en una guía informativa elaborada por esta entidad para poner fin a su existencia de forma digna. Es «una última alternativa» para que las personas en una situación extrema y en la que su estado de salud no tiene vuelta atrás «puedan disponer de su vida» en el momento que consideren adecuado. Este fue el producto que utilizó el madrileño Ángel Hernández para ayudar a morir a su mujer María José Carrasco. Derecho a Morir Dignamente reitera que si la eutanasia estuviese ya reconocido como un derecho en España no sería necesario editar este manual.
El compuesto sobre el que gira la investigación es un barbitúrico que en España sólo se usa en el ámbito veterinario. Los albéitares lo utilizan como sedante previo a la anestesia para perros y gatos, siempre por medio de una inyección. También para someterles a una eutanasia, aunque no es el fármaco más empleado para este fin. En humanos cuando se utiliza para poner fin a la vida se toma por vía oral. Otra diferencia es el precio. A los veterinarios una caja de 50 viales, de 20 mililitros cada uno, les cuesta alrededor de 90 euros. En el mercado negro un particular tiene que pagar hasta 600 euros por un envase de poco más de 5 gramos.
En el Colegio de Farmacéuticos de Bizkaia desconocía que el Pentobarbital se estuviese comprando por internet para la eutanasia, pero tampoco les sorprende. Fuentes de la institución recuerdan que se retiró «hace decenios» de las farmacias porque la balanza riesgo beneficio se inclinaba claramente hacia el primero. Y alertan de los riesgos sanitarios que tiene adquirir cualquier producto farmacéutico en el mercado negro.
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