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A. Algaba
Miércoles, 5 de junio 2024, 15:55
Gipuzkoa registró este martes un colapso histórico del tráfico de sus principales vías rápidas en dirección a la muga (A-15, AP-1, AP-8 y N-I) y de varias secundarias (GI-636 y N-121-A), ante la afluencia masiva de camiones hacia ... la frontera coincidiendo con el final de la huelga de 24 horas del sector primario en Biriatou. Más de 34 kilómetros de retenciones en algunos casos que colmaron la paciencia de transportistas y de usuarios habituales de estas vías que se vieron bloqueados durante largos periodos de tiempo. Un malestar que entiende el Gobierno vasco, encargado de gestionar y regular el tráfico en esas carreteras, aunque desde el Ejecutivo han trasladado en las últimas horas que el dispositivo resultó «positivo» y «ejemplar».
El viceconsejero de Seguridad, Rodrigo Gartzia, y la directora de Tráfico, Estibaliz Olabarri, se han encargado en las últimas horas de valorar la actuación realizada desde el lunes y hasta la jornada de ayer, poniendo siempre por delante que se trataba de «garantizar los derechos de unos y otros (los tractoristas y usuarios de la vía) y que no hubiera incidentes». Algo que, señala Gartzia a Euskadi Irratia, «se logró». «Nuestra valoración en seguridad y en los derechos de los usuarios es positiva ya que no hubo incidentes», apuntaba el viceconsejero.
Pero en lo que respecta a la tormenta perfecta que se generó este martes y que taponó las carreteras del territorio, Gartzia ha explicado que durante los días previos se trató de gestionar y coordinar la situación de cierre de la muga durante 24 horas, pero que «los camiones estaban deseando retomar su ruta», por lo que sabiendo que a las 10.00 horas finalizaba la protesta de tractores y se reabría el peaje, «se puso todo el convoy en marcha y pasó lo que pasó». «Era algo inevitable», ha añadido.
La directora de tráfico, por su parte, señaló anoche en Radio Euskadi que «el tráfico se reguló de manera ejemplar por la Ertzaintza» desde el fin de semana, desviando a camiones a rutas alternativas y que la afluencia masiva de camiones el martes coincidió con una jornada con alta intensidad de tráfico hacia la frontera, como son casi todos los martes. El pico, apunta, se registró sobre las 12.20 horas del mediodía, aunque los efectos duraron hasta cerca de las 21.00 horas de la noche. «Debemos agradecer la paciencia de los conductores y la labor coordinada con policías locales como la de Irun», añadía, y explicaba también que la capacidad de las carreteras de Gipuzkoa «es la que es», con lo que no se puede absorber todo la afluencia de camiones.
Rodrigo Gartzia ha recordado que desde el fin de semana había un dispositivo previsto que se encargaba de avisar a los conductores sobre la protesta prevista por los tractoristas y que desviaba a los camiones que no podían cruzar la muga a aparcamientos o entornos donde poder esperar a que se reabriera la frontera. Pero el dispositivo de recomendaciones, como se puede ver en la página web del Gobierno vasco, advertía solo de la situación que se podía generar desde las 10.00 horas del lunes y hasta la misma hora del martes, por lo que el llamamiento no resultó de la misma intensidad para prever lo que podía producirse a partir de esa hora.
«Los camiones pierden dinero y se pusieron todos en marcha», señala Gartzia. Una situación que sucedió tal cual narra el viceconsejero de Seguridad. De hecho desde Guitrans recordaron que cada hora de un camión parado perdían alrededor de 55 euros, de ahí la premura por retormar sus rutas tras una jornada de obligado parón.
Desde Guitrans también denunciaron que a este lado de la muga, los agricultores que protestaban no permitieron pasar a ningún camión durante la madrugada de cierre de la frontera a diferencia de lo que sucedía en territorio francés hacia Euskadi, desde donde a partir de las 3.00 horas se comenzó a abrir la mano poco a poco.
«Por la información que tenemos, los tractoristas franceses aceptaron que pasaran camiones en algunos momentos, y aquí en nuestro lado no pasó», explica Gartzia, aunque no detalla si desde las fuerzas de seguridad se les hizo esa propuesta de forma expresa. «En el otro lado hubo más flexibilidad entre los que protestaron. Aquí no había esa predisposición. Nosotros no entramos en eso, tienen sus derechos los que protestan y nuestra responsabilidad es garantizar la seguridad de unos y otros», ha apostillado Gartzia.
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