Joe Rogan, en una de sus apariciones como comentarista de artes marciales mixtas.

Así se hace un podcast que vale 250 millones de dólares: la testosterona libertaria de Joe Rogan

El podcast de este comunicador norteamericano es el más escuchado del mundo y Spotify acaba de pagar por sus derechos una de las cifras más altas de su historia

Óscar B. de Otálora

Miércoles, 7 de febrero 2024, 19:01

Quizá uno de los problemas de muchos ámbitos de la sociedad es que nadie se pregunta cómo es posible que el podcast 'The Joe Rogan Experience' sea el más escuchado del mundo. Este cómico estadounidense acaba de firmar uno de los mayores contratos de la ... historia reciente de los medios de comunicación al vender la licencia de su podcast a Spotify por 250 millones de dólares. Una cifra brutal pero que, además, no incluye la exclusividad ya que Rogan, que ya es milmillonario, podrá difundir su programa en otras plataformas como Youtube o Apple Podcast. Estamos hablando de programas en el que las personas más importantes del mundo -por ejemplo Mark Zuckerberg o Elon Musk- aparecen sin dudarlo cada vez que Rogan se lo pide. Y que es descargado por cerca de doscientos millones de personas al mes en todo el planeta. ¿Cómo ha llegado a esto una persona así?

Publicidad

El análisis más superficial sobre este rey de la comunicación tiende a presentarlo como un macarra a quien su falta de límites ha conducido a lo más alto. Joe Rogan, de 56 años, bostoniano y nacido en una familia desestructurada, comenzó siendo un luchador de taekwondo que dejó los deportes de combate para no recibir más golpes en la cabeza. En la veintena ya tenía una carrera local de humorista en la costa Este de Estados Unidos y entonces comenzó a trabajar en series de televisión de Disney. Ya que no era actor, los productores le preguntaron si se atrevía a actuar ante las cámaras y él contestó: «Sé mentir, luego puedo actuar. Y si soy capaz de mentir a novias locas, soy capaz de actuar bajo presión».

Joe Rogan en su época de actor en Disney.

De ahí pasó a ser comentarista de la UFC, el canal de artes marciales mixtas que arrasa en la televisión de pago mundial. Todo ello, sin abandonar los shows que como humorista organizaba por todo Estados Unidos. Ya era un saco de músculos que entrenaba todos los días, incluso durante las giras. Hoy en día reconoce que utiliza terapias de reemplazo de testosterona «para tener la energía de un adolescente de catorce años». Su gran éxito llegaría en 2001, cuando presentó Fear Factor, un reality televisivo en el que sometían a los participantes a situaciones extremas. En esa época comenzó a coleccionar automóviles de lujo. En especial, 'muscle cars', los deportivos americanos de los años 70 con motores capaces de llevar el coche a la luna.

«Me gusta rodearme de gente divertida y asegurarme de que todo el mundo se lo pase bien y trabaje duro»

Joe Rogan

En 2009 lanzó su podcast como una broma entre colegas. Al principio no les escuchaba ni treinta personas. Seis años más tarde ya tenía 16 millones de seguidores. Su éxito fue a más. Consiguió que Elon Musk, el hombre más rico del mundo, fuera a su programa a fumarse un porro y beber bourbon. En las elecciones norteamericanas de 2020 propuso que el debate entre Donad Trump y Joe Biden se desarrollase en su podcast. Trump aceptó pero su rival, no.

Publicidad

Una de sus últimas creaciones explica su éxito. Desde Los Ángeles, Rogan se mudó a Austin, Texas, y allí abrió 'Comedy Mothership' (La nave nodriza de la comedia, en castellano). Es un club para humoristas en el que está prohibido entrar con el móvil para que nadie pueda grabar lo que se dice en el escenario. El local se ha convertido así en un emblema de la libertad de expresión en tiempos de la cultura de la cancelación. Su lado macarra no es más que una visión limitada sobre un personaje que representa una forma de ver el mundo sin limitaciones y al que le interesa que la gente se lo pasa bien con él y por el camino aprenda cuestiones que pueden resultarles útiles o interesantes.

Porque parte del éxito de Rogan procede de su atrevimiento a tocar todos los temas que la corrección política cree que no deben estar en la agenda. Él se define como libertario -la visión radical del liberalismo- por lo que entiende que todos los asuntos pueden ser tratados en público sin censuras previas. Además, una curiosidad personal sin límites hace que en su programa pueden mezclarse astrofísicos de la Nasa con exboxeadores como Mike Tyson o el creador de ChatGPT -Sam Altman- con exagentes de la CIA que defienden que una conspiración del Gobierno mató a Kennedy. Es capaz de entrevistar a neurólogos de Harvard y a 'Python cowboy', el cazador que se encarga de eliminar la plaga de serpientes pitón gigantes en Miami. «La ciencia no es un tostón», asegura cuando entrevista a académicos y consigue que la física cuántica sea divertida.

Publicidad

«Mis invitados no vienen a ser entrevistados sino a compartir tres horas de su tiempo conversando»

Joe Rogan

Rogan, además, es un lector compulsivo. Entre sus libros favoritos está la historia del conquistador español Alvar Núñez Cabeza de Vaca, el descubridor de La Florida, pero también los que relatan la historia de Juan Bautista de Anza, el descendiente de vascos que dominó a los comanches. Es un fanático de la cultura de la frontera y, en medio de las tendencias veganas, defiende la carne y la caza con arco, con el criterio de matar «solo lo que te vas a comer». Uno de sus enemigos declarados es todo aquello que tiene que ver con la cultura 'woke', la nueva ideología vinculada a cuestiones de género, raza o clase social vista desde una perspectiva de ultraizquierda.

Pero Rogan también ha defendido cuestiones muy polémicas en Estados Unidos como el aborto o el matrimonio homosexual, yendo incluso más lejos que muchas propuestas del partido Demócrata. También tiene una campaña personal a favor de la legalización de las drogas blandas como la marihuana o los 'hongos mágicos'. «Un político de treinta años que no sabe de la vida no me puede decir a mí si puedo beber o fumar porros», defiende, al tiempo que se define como «aventurero psicodélico». Uno de sus cuestiones más polémicas fue su defensa de medios alternativos para tratarse del covid e invitar a antivacunas a su podcast. Cantantes como Neil Young abandonaron Spotify como protesta contra el amparo de la plataforma a estas opiniones, por las que Rogan llegó a disculparse en público. No es la única vez en la que ha pedido perdón. Sus seguidores le recriminaron que en algunas de sus actuaciones antiguas hubiera utilizado la palabra'faggot' -traducible como maricón en el sentido más despectivo- para referirse a los gays. El presentador se comprometió a no volver a emplear ese término tras leer la conversación que sus seguidores mantenían en redes sociales.

Publicidad

Esta actitud que él defiende como «openmind», entendido como tener la mente abierta para poder mantener conversaciones sobre todo tipo de temas, es una de las claves de su éxito. Como él mismo ha dicho, sus invitados «no vienen a ser entrevistados sino a compartir tres horas de su tiempo conversando». Porque sus programas triunfan pese a que siempre superan la hora de duración y, en muchas ocasiones, las dos horas. Se le considera el pionero del 'edutainmnent', la mezcla de contenidos informativos como cuestiones educativas que se está convirtiendo en tendencia en el mundo de la comunicación. Para él, su éxito nace de una pasión: «Me gusta rodearme de gente divertida y asegurarme de que todo el mundo se lo pase bien y trabaje duro».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad