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Rodrigo Moreno Quicios
Miércoles, 9 de agosto 2023, 11:37
El Papa Francisco ha modificado con un motu proprio (el nombre que reciben los decretos papales) las normas por las que se rigen las Prelaturas personales. Son circunscripciones eclesiásticas sin ningún territorio vinculado y conferidas honoríficamente por el Papa. Por el momento solo existe una, ... el Opus Dei, erigida por Juan Pablo II en 1982 (aunque la organización existía desde 1928) y ya se reformó el 22 de julio de 2022, pasando del Dicasterio para los Obispos a formar parte del Dicasterio para el Clero. Un cambio que además impedía al prelado del Opus Dei, actualmente Fernando Ocáriz, convertirse en obispo.
El decreto que el Papa Francisco firmó entonces fue Ad charisma tuendum (Para tutelar el carisma) con el fin, según sus palabras, de «promover la acción evangelizadora que sus miembros llevan a cabo en el mundo».
Poco más de un año después, también en verano, Francisco ha modificado los cánones 295 y 296 del texto que rigen las Prelaturas personales para que se ajusten más a la nueva Constitución Apostólica, Praedicate Evangelium, la gran apuesta reformista del Papa para la Curia romana.
Con esta nueva norma añade detalles a cómo debe ser la incardinación de los clérigos, es decir, el proceso por el que un sacerdote se vincula además a otra institución de la Iglesia como, en este caso, el Opus Dei. Esta actualización también se aplicaría a las nuevas Prelaturas personales que aún no existen pero que pudieran erigirse en el futuro.
En la actualización del canon 295, Francisco subraya que las Prelaturas personales «se asemejan a las asociaciones clericales públicas de derecho pontificio». Con este matiz define al Opus Dei, una institución con 93.400 miembros (la mitad mujeres) y solo 2.300 sacerdotes, como un organismo clerical. El Papa también recalca que esta Prelatura personal «se rige por los estatutos aprobados o emanados por la Sede Apostólica». Esta cláusula permitirá, de no llegar a un acuerdo sobre los nuevos estatutos del Opus Dei ya presentados y a la espera de aprobación, que el Papa personalmente imponga el código por el que deberían regirse internamente.
La reescritura de este canon afina también las funciones del prelado, a quien define como «Moderador dotado de las facultades de un Ordinario» (otra figura clerical). Y le autoriza a «erigir un seminario nacional o internacional, así como a incardinar estudiantes, y a promoverlos a las filas con el título de servicio de la prelatura». Esto permitiría que el Opus Dei siguiera formando sus propios sacerdotes como hasta hoy.
Por otro lado, en la reforma del canon 296, se especifica que los laicos pueden dedicarse a las obras apostólicas de la Prelatura personal, «pero la forma de esta cooperación orgánica y los principales deberes y derechos relacionados con ella se determinarán convenientemente en los estatutos». Es una forma más de aclarar que las Prelaturas personales no son diócesis paralelas. Al añadir esta letra pequeña, el Vaticano se reserva el derecho a pedir nuevas modificaciones a los estatutos ya presentados por el Opus Dei.
Por su parte, el Opus Dei ha suscrito este nuevo empeño del Vaticano por unificar y simplificar el orden canónico. Una tarea de una gran importancia para cardenales como el italiano Gianfranco Ghirlanda. El año pasado, a raíz de Ad charisma tuendum, el prelado Fernando Orcáriz escribía una carta en nombre de su organización donde aceptaba «con obediencia filial» los cambios promulgados por Francisco.
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