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La irrupción de la pandemia de covid en Euskadi a principios de 2020 ha provocado múltiples consecuencias en todos los ámbitos sociales y ha impactado de forma notable en los jóvenes. El estudio 'Juventud vasca 2020-2021', que elabora cada cuatro años el Observatorio Vasco ... de la Juventud, deja constancia de los «cambios sustanciales» que se han derivado de la crisis sanitaria y que han afectado especialmente a la emancipación de los jóvenes.
La edad media en la que abandonan el hogar familiar ha vuelto a superar los 30 años -llega a los 30,2, cuando la ideal, según ellos mismos declaran, serían los 24,5-, pero la pandemia ha contribuido además a que se duplique el porcentaje de jóvenes que vuelven a casa de sus padres tras haberse independizado. Si la serie histórica se movía en torno al 15% desde el año 2000, tras el virus se ha situado en el 29,9%. El informe se basa en encuestas a chavales de entre 15 y 29 años y no ofrece cifras globales, pero un incremento de ese calibre en el porcentaje se traduce en que cientos de jóvenes vascos han visto truncada su emancipación por la crisis sanitaria.
El informe apunta también una serie de «tendencias generales» que están provocando «una evolución en la forma de hacer y de pensar de las personas jóvenes»: cada vez son más ecologistas, demandan reformas sociales profundas, se muestran más alejados de la religión, están más concienciados con la igualdad de género, son más tolerantes con la diversidad cultural y sexual, y más críticos con la violencia contra las mujeres.
Uno de los efectos directos del covid en los jóvenes, según el estudio, es que provocó el retorno al hogar familiar de muchos de ellos. Durante el confinamiento esa vuelta a casa pudo deberse a la suspensión de las clases presenciales y de programas de intercambio internacional o al aumento del teletrabajo, pero la extensión de los ERTE, la pérdida de poder adquisitivo o del empleo ha provocado un descenso en el porcentaje de jóvenes emancipados, al tiempo que ha aumentado el de los que residen en el hogar familiar (87,6%). Casi el 30% de ellos confiesa haber vivido antes por su cuenta -el 15,3% de los encuestados en 2016-.
Un dato curioso del informe es que, en un contexto de altos precios del alquiler y de bajos tipos de interés en las hipotecas (se realizó en 2020 y 2021), se aprecia un incremento de la preferencia por la compra de vivienda entre la juventud. Aunque es probable que, con la inflación y la subida del euríbor que se ha producido en 2022, el alquiler -que en 2020 marcó un mínimo del 56,1%- vuelva a ganar terreno.
Por primera vez desde que se realiza el informe 'Juventud vasca', los jóvenes que declaran que solo estudian supera la mitad (el 54%), lo que supone un salto cualitativo desde el 44,6% de hace cuatro años. Uno de cada cuatro jóvenes (24,1%) solo trabaja y un 9,3% estudia, pero también trabaja.
Por otro lado, aumenta de forma destacada el porcentaje de jóvenes que ha estudiado idiomas o realizado estudios en el extranjero, al pasar del 22,6% de 2017 al 44,8%. Nueve de cada diez menores de 30 años trabajan por cuenta ajena y solo un 7,4% lo hace por cuenta propia. Entre los primeros, son más los que tienen contrato temporal (48,5%) que indefinido (41,2%). Un 8% de la juventud tiene un contrato en prácticas y un 2,5% trabaja sin contrato. El trabajo es la principal preocupación de la juventud vasca (lo cita el 39,6%).
La mayoría de los jóvenes reconoce vivir de los ingresos de su familia (84,7%) y sólo un 14,6% subsiste con los suyos o los de su pareja. Este porcentaje se ha reducido a la mitad desde 2008, cuando alcanzaba el 32,3%. La dependencia de los progenitores es lógica si se tiene en cuenta que sólo el 29,1% de los menores de 30 años dice disponer de más de 600 euros al mes. Entre quienes trabajan, la mayoría supera esos 600 euros (75,5%), pero hay un 17,8% que no alcanza esa cantidad.
El incremento general en el nivel de estudios y el mayor conocimiento de idiomas por parte de la juventud, además de sus experiencias laborales y de estudios en el extranjero, han elevado a máximos históricos su disposición a irse a vivir fuera de Euskadi si tuvieran una oferta de trabajo interesante. La mitad de los jóvenes (51,5%) emigraría a otro país y el porcentaje crece al 63,5% si se incluye la posibilidad de vivir en otra comunidad autónoma.
El ocio de los jóvenes también se ha visto afectado por la pandemia. Se ha reducido la frecuencia de ir a bares y ha crecido el porcentaje de chavales que hacen manualidades o cocinan por hobby, hábito que se generalizó durante el confinamiento. Además, ha aumentado el consumo de videojuegos entre los hombres y la práctica deportiva entre las mujeres. El uso de las redes sociales también ha ido a más.
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