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Jackeline Romero y Yessica Trinidad, en el congreso de Mugarik Gabe. p. n.

«En mi país asesinan constantemente a las mujeres»

Activistas de Colombia y Honduras exponen la violencia cotidiana con la que conviven quienes luchan por los derechos humanos en sus países

Jueves, 3 de marzo 2022, 01:40

La líder indígena lenca Berta Cáceres, cofundadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, fue asesinada el 2 de marzo de 2016, ayer hizo 6 años. El recuerdo de la activista hondureña estuvo muy presente en la segunda jornada del congreso Bizitza ... Jokoan -la vida en juego-, organizado en Bilbao por Mugarik Gabe y dedicado a debatir sobre la emergencia climática y el riesgo que supone luchar contra ella para la propia vida. Dieron testimonio de ello Yessica Trinidad, de la Red de Defensoras de Honduras, y Jackeline Romero, lideresa del pueblo Wayuu en Colombia.

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Ambas activistas compartieron su experiencia en un diálogo con Alejandro Palomo, representante del movimiento que se opone a la apertura de una mina del litio en Cáceres; y María del Mar Mayo, de la Plataforma para la Defensa de los Valle Pasiegos, que rechaza la instalación allí de polígonos eólicos.

«Yo vengo de Honduras y soy feminista. Serlo y vivir en un país donde asesinan constantemente a mujeres no es fácil». Así comenzó Yessica Trinidad su intervención, en la que expuso el peligro al que se enfrentan quienes defienden los derechos humanos en su Honduras.

«Allá nos toca enfrentarnos todos los días a la violencia de las grandes empresas» transnacionales. Es una violencia constante que se ejerce a varios niveles, «desde las campañas de desprestigio a la persecución judicial. Porque en Honduras se usa el derecho penal para poder perseguir a las defensoras». El asesinato «es lo último que pueden hacer. Desde 2016 en Honduras han asesinado a 22 defensoras de los derechos de humanos».

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Por su parte, Jackeline Romero expuso la agresión sistemática que vive su comunidad, los wayús o guajiros, el segundo grupo indígena más numeroso de Colombia, por parte de la minera El Cerrejón, amparada por el Estado. «La Guajira es la radiografía de todo lo que pasa en Latinoamérica. Esas empresas trasnacionales tienen todas las facilidades, toda la flexibilidad de las normas. Pero de 100 dólares que gana El Cerrejón solo 1 queda en el país». Y frente a quienes se oponen, «países como el mío articulan estrategias para agotarnos a quienes reclamamos o exigimos la defensa del territorio».

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