Osalan ve «carencias en formación en seguridad»

«Aquí se trabaja en condiciones tremendas por la orografía, con lluvia y viento, factores de peligro añadido, y con maquinaria cortante y pesada», resumen desde Osalan. El 45% de los trabajadores son cualificados y el 53% son peones de una media de cincuenta años. Un número importante, de origen extranjero como Rumanía, Ecuador y Portugal, sobre todo, que han trabajado en esto en sus países «o se han formado aquí». No son temporeros.

Osalan aprecia «carencias» en la formación en salud y riesgos laborales. «Ellos trabajan con unas inercias en el monte, saben lo que hacen pero a veces no perciben el riesgo. Hemos hecho con el sector campañas para ver cómo tienen gestionada la seguridad laboral, pero no se ha conseguido que cada vez que inician un trabajo se nos comunique para que Osalan pueda hacer un control previo de las condiciones de seguridad».

Desde Comisiones Obreras observan que el forestal es un sector «muy atomizado, con gente trabajando de forma muy dispersa, en sitios bastante inaccesibles para hacer un seguimiento y donde además la organización sindical es muy difícil. Pero también es difícil llegar a otros sectores y se hace», advierte Alfonso Ríos, responsable de Salud Laboral.

Su homólogo en UGT, Juan Carlos Cárdenas, cree que sería necesaria una formación «más específica» para los taladores porque «la que hay no parece suficiente», además de unas medidas preventivas «nuevas».

En el mismo sentido, desde ELA opinan que habría que actualizar la Ley de prevención de riesgos laborales, que data del año 95, y poner «más técnicos de control». Y en LAB consideran que podrían utilizarse «drones» para controlar al sector, como se hace en Navarra.

Este periódico también se puso en contacto con la asociación profesional representativa del sector forestal madera vasco Baskegur para recabar su opinión, pero rehusó manifestarla.