Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Personas, animales y tinglados se hacían a un lado cuando sonaba la bocina. Entonces, al escuchar el persistente sonido, los turistas de la miseria que visitaban Kibera, el paupérrimo barrio de Nairobi, descubrían con espanto que bajo sus zapatillas, sepultada por la mugre, pasaba una ... vía herrumbrosa. Los nativos y foráneos se alejaban rápidamente y, minutos más tarde, un convoy fantasmagórico, herencia de otro tiempo, atravesaba el lugar. La sorpresa, quizás, impedía reconocer el 'Tren Lunático', todo un emblema de la colonización británica de África Oriental. Aquel ferrocarril sirvió para unir la costa keniana con los Grandes Lagos y facilitar la exploración y explotación de los recursos de la región. Hoy, China ha sustituido a Inglaterra en ese afán por conectar la costa y el interior del continente. La reciente inauguración del 'Orgullo de África', construido por una firma de aquel país y que une la tanzana Dar es Salaam y la angoleña Lobito, permitirá, por primera vez, recorrer en ferrocarril la distancia entre los océanos Índico y Atlántico.
La visión romántica del continente subyace en ambos proyectos, a pesar de separarlos todo un siglo convulso. El primero, también conocido como el Ferrocarril de Uganda, goza del halo mítico proporcionado por la literatura y el cine. El segundo, que se anuncia como el más lujoso del mundo, también se beneficia de esa ensoñación de sabanas, baobabs y grandes felinos. Los usuarios recorrerán casi 2.900 kilómetros durante 15 días que condensan buena parte de la historia de la región subsahariana. Su trayecto discurrirá entre cinco países del África austral en un periplo cómodo que alterna la estancia a bordo y las incursiones en los territorios de paso.
El viaje se nutre de la atmósfera colonial. Su programa comprende el safari y la contemplación de inmensas minas de cobre y cobalto, las conferencias antropológicas a cargo de su propio historiador y la degustación del té con vistas al río Kasai. Entre otros alicientes, sus privilegiados clientes, menos de un centenar, tendrán acceso a la reserva natural de Selous, situada en Tanzania y reconocida como Patrimonio de la Humanidad, o al parque natural zambio de South Lwanga. Las noches temáticas y la exigencia de etiqueta para los asistentes a sus cenas, anunciadas a golpe de gong, recrean el ambiente de centenarios clubes coloniales como el Muthaiga de Nairobi o el Rand de Johannesburgo, allí donde funcionarios y terratenientes jugaban al billar, bebían whisky escocés y suspiraban recordando el 'smog' londinense. Tan sólo falta un crimen y la figura de Hercules Poirot para sugerir el encanto del 'Orient Express'.
El 'Orgullo de África' proporcionará una mirada plácida sobre el continente, el reverso habitual de las noticias que nos llegan de Zimbabue o Congo. El 'Tren Lunático', su precedente, posee su propia crónica, un relato de dificultades extremas derivadas del medio, pero que culminó felizmente con la extensión de la línea entre el puerto de Mombasa y la ciudad de Kisumu, atravesando el valle del Rift y finalizando en las orillas del lago Victoria. El cine y la literatura han puesto el acento en los leones de la reserva de Tsavo y su predilección por los trabajadores que construían las vías, aunque, en realidad, la mosca tse-tse se reveló como un enemigo más peligroso. La malaria y la disentería provocaron más bajas entre la mano de obra que los ataques de las fieras.
El lujoso tren austral carece aún de leyenda, pero su puesta en marcha da cuenta de los cambios políticos y económicos experimentados por el régimen de Pekín, antes adalid del socialismo y ahora paradigma del pragmatismo sin etiquetas. El proyecto fue desarrollado por la China Railway Construction Corporation, de propiedad estatal, y se explota ya a través de la firma sudafricana Rovos Train, que también ofrece viajes no menos sugerentes entre su estación privada de Pretoria y Ciudad del Cabo, en dirección contraria a la que llevaron a cabo los exploradores 'boers'.
La empresa cuenta con un antecedente singular. Curiosamente, el trazado actual utiliza algunos tramos del Tazara, también conocido como el 'Tren de la Libertad', construido en los años setenta para comunicar Tanzania y Zambia evitando los territorios de Rodesia, actual Zimbabue, y Sudáfrica, repúblicas entonces repudiadas por su espíritu segregacionista y agresivo. Aquella idea solidaria con los pueblos africanos ha dado paso a otra lucrativa a disposición de las elites de cualquier origen.
Pero la puesta en marcha del ferrocarril austral no responde tan sólo a la oportunidad comercial vinculada a la nostalgia. Su creación es parte de una estrategia de las grandes potencias, tanto clásicas como emergentes, por aprovisionarse de las necesarias materias primas y controlar mercados. El tren interoceánico tiene su última razón de ser en el plan estratégico Nueva Ruta de la Seda, impulsado por Pekín y que ya cuenta con 70 proyectos a desarrollar en tres continentes.
La expansión ferroviaria se acompaña de otras iniciativas, aún más colosales, en el ámbito de las infraestructuras. Tanzania, punto de partida del 'Orgullo de África', también había alcanzado un preacuerdo con China para remodelar el puerto de Bagamoyo y convertirlo en la principal puerta de África Oriental, pero se ha producido una ruptura de las conversaciones. Las condiciones draconianas que exigía el régimen de Pekín han desalentado al anfitrión. El socio asiático exigía el monopolio de su gestión durante 30 años y la imposibilidad de desarrollar las instalaciones de otras localidades marítimas tanzanas que pudieran suponer una competencia. «No pueden tratarnos como si ellos fueran maestros y nosotros escolares», ha aducido Deusdedit Kakoko, director general de la Autoridad de Puertos de la república subsahariana, para explicar su rechazo a una inversión de más de 9.000 millones de euros.
La línea entre Dar es Salaam y Lobito no es la primera que se erige con capital y tecnología chinas e intención estratégica. Hace tres años, la financiación de Pekín permitió la aparición del primer tren electrificado moderno en el continente. La misma empresa que ha fomentado este proyecto de lujo se halla detrás de la conexión entre Addis Abeba y el puerto de Yibuti. El objetivo resultaba especialmente ambicioso porque proporcionaba acceso al mar y al tráfico comercial a una de las mayores potencias del Cuerno de África.
La política comercial oriental arrumbó incluso algunas leyendas. En 2017, el 'Tren Lunático' se convirtió, definitivamente, en parte de la historia de la Kenia moderna. El 'Tren Madaraka', también con financiación china, sustituía al antiguo convoy. La falta de mantenimiento y el robo habitual de sus materiales había ralentizado su marcha y convertido en un medio ineficaz. El año pasado, el nuevo ferrocarril transportó 1,6 millones de pasajeros y 5 millones de toneladas de mercancías.
La diplomacia estadounidense parece, por fin, sacudirse el aletargamiento de la era Trump ante la rotunda realidad de la expansión de la segunda potencia mundial. Washington intenta contrarrestar su creciente influencia con otros proyectos. Frente al 'Madaraka', la Casa Blanca y la poderosa Corporación Bechtel participan en la construcción de una autopista de cuatro carriles que vincule también Nairobi y Mombasa. Mientras China se sube al tren africano, Estados Unidos apuesta por ir sobre el asfalto a la conquista de África.
Vagones y albergues El ferrocarril posee 72 plazas y el programa alterna la estancia en los vagones con pernoctaciones en albergues junto a los parques naturales por los que pasa.
2.900 kilómetros recorre el convoy, por cinco países del África subsahariana, a lo largo de 15 días.
El precio del exotismo Los pasajes individuales del tren entre dos océanos varían entre los 11.500 euros para la estancia en la Pullman Suite y los 20.000 que cuesta la Royal Suite, dotada con sala de estar y bañera de estilo victoriano.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.