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leire pérez
Jueves, 8 de septiembre 2022, 00:42
La sala de lo contencioso administrativo del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco ha obligado a la Academia vasca de Policía y Emergencias a readmitir a un opositor que no superó la última entrevista personal. Los jueces dan por probada la existencia de un « ... error en la documentación al constar de dos evaluaciones contradictorias, que inexplicablemente conducen a la misma puntuación». Acepta la existencia de una incoherencia entre la valoración positiva de la mayoría de los profesores y la negativa del área de habilidades sociales y adaptabilidad, al tiempo que recuerda que es «inexcusable» que la entrevista no esté grabada. «Se trata de un medio perfectamente asequible en los tiempos actuales y exigible por razones de tutela judicial efectiva», señala. El contencioso administrativo de Vitoria también dio la razón al recurrente en primera instancia.
En el fallo al que ha tenido acceso EL CORREO, se declara el derecho del aspirante a la calificación de «apto en el curso de formación» y a proseguir «el período de prácticas y, en caso de superarlo, a ser nombrado funcionario de carrera con la misma fecha» que sus compañeros. Además, le deberán pagar las retribuciones que le hubieran correspondido si hubiera sido nombrado en su momento. El tribunal no impone costas.
Da la casualidad de que el aspirante volvió a opositar y ha estado durante los últimos meses en la Academia, no sin problemas añadidos, porque los criterios de acceso se endurecieron en la siguiente convocatoria a la que se presentó.
El sindicato ESAN decidió recurrir a la justicia después de que el futuro agente se quedase con 147,64 puntos sobre 300 -el mínimo exigible para aprobar era de 150 puntos- y al darse un «error por duplicidad de fichas que eran contradictorias» en el expediente, explica. «En una de ellas se decía que se expresaba con claridad, mientras que en la segunda se reconocía que lo hacía con una tendencia a verbalizar en exceso sus respuestas perdiendo espontaneidad al ensalzar en exceso sus virtudes y omitir sus debilidades», apuntan.
La central entendía, además, que era contradictorio la calificación de «líder tóxico» que efectuaba el profesor de técnicas y tácticas policiales con las calificaciones favorables del resto de profesores, que tildaban al aspirante de «prudente, educado, responsable y maduro». Tampoco, en su opinión, era «razonable» que en una primera entrevista emitida por el perito psicológico se dijera que se expresaba con «claridad» y en la final se ahondase en su «mala capacidad verbal-comunicativa».
La sentencia concluye que la resolución no está lo bastante motivada y reconoce un «error en la valoración de la capacidad verbal y comunicativa de la entrevista inicial porque se incluye la calificación dada a otro alumno». La propia Academia admitió ese fallo, pero no le dio importancia porque la puntuación a la que se había llegado era en los dos casos similar. El centro alegó también que la valoración de los distintos profesionales no puede servir para enjuiciar al área de habilidades sociales y adaptabilidad.
Para la central policial «existe una falta de sensibilidad hacia las personas por parte de la dirección de la Academia. Hay un montón de errores, no se cumplen las garantías del opositor y no se tiene en cuenta que en algunos casos han dejado su trabajo para acceder. Pides una explicación, ni te contestan y te remiten a los tribunales». El departamento de Seguridad ha rehusado hacer declaraciones.
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