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Postales de un mundo que se abrasa

La ola de calor, en la que se mezcla el cambio climático con el efecto de El Niño y el anticiclón Caronte, está ofreciendo imágenes estremecedores de incendios fuera de control y ciudadanos sofocados por temperaturas desconocidas

Jueves, 20 de julio 2023, 00:18

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha advertido de que el mundo debe prepararse para soportar temperaturas extremas de una forma cada vez más frecuente. Este aviso se produce en un momento en el que el Hemisferio Norte está conociendo un fenómeno sin precedentes en el ... que se están alcanzando temperaturas desconocidas hasta la fecha y que además se están prologando en el tiempo. Por el momento se han registrado ya cifras como los 67 grados alcanzados en Irán, los 52 de China o los 56 del Valle de la Muerte, en Estados Unidos.

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Según el experto de la OMM John Nairn, la explicación más lógica para el origen de esta ola de calor es que el calentamiento climático que ya estaba sufriendo el planeta se ha visto multiplicado por el fenómeno de El Niño. Este factor meteorológico conocido desde hace siglos supone un aumento de la temperatura en la corriente de la costa del Pacífico que crea una reacción en cadena en el mundo global. Además de elevar las temperaturas puede provocar inundaciones y otros efectos dañinos.

El anticiclón Cerberus

Según Nairn, existe un 93% de probabilidades de que al menos un año, entre 2023 y 2026, se registren datos de calor nunca registrados. De la misma manera, la posibilidad de que la temperatura global suba 1,5 grados por encima de la media de la era preindustrial es de un 50%.

A Europa, además, ha llegado el anticiclón 'Cerberus', bautizado con el nombre del barquero que traslada las almas a través de la laguna Estigia, en el inframundo de la mitología griega, a cambio de una moneda. En Italia ya se han registrado temperaturas extremas y se espera que en las islas de Sicilia y Cerdeña se alcancen los 47 grados. En Grecia, las altas temperaturas están favoreciendo grandes incendios forestales en las inmediaciones de Atenas. Mientras tanto, en la orilla Sur del Mediterráneo se están viviendo temperaturas desconocidas en Argelia o la franja de Gaza. Estas condiciones extremas y desconocidas han supuesto que ya se comience a plantear cómo debe ser el turismo en los próximos años. Tanto en Estados Unidos como en Inglaterra han pedido a sus ciudadanos que si se plantean viajes al Sur de Europa tengan en cuenta las temperaturas a las que se pueden enfrentar.

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A continuación les mostramos una galería de imágenes en las que se pueden ver los efectos de esta ola de calor sin precedentes. Desde cosechas arruinadas en Irán hasta incendios forestales en California y Grecia o ciudadanos intentando refrescarse en unas condiciones límite.

El calor extremo

En el Valle de la Muerte estadounidense, los termómetros llegan a registrar picos de temperatura de hasta 56º, lo que obliga a las autoridades a colocar señales de tráfico y a desplazar a agentes para dar soporte a quienes se aventuran en atravesar este desértico paraje.

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El valle de la muerte, con sus señales de peligro, a veces fundidas por el intenso calor continuado, ofrece un panorama distópico

Otros lugares más dirigidos al turismo registran un aumento de calor que llega a someter a los visitantes a temperaturas superiores a los 40º. Es el caso de Las Vegas, en pleno desierto de Nevada, donde el calor se vuelve cada vez más insoportable a consecuencia del cambio climático.

Las marquesinas de las paradas de autobús se convierten en un refugio contra el calor en la ciudad de los casinos por excelencia.

Por supuesto, el fenómeno no es exclusivamente estadounidense. Lugares habitualmente frecuentados por turistas de Asia y Oriente Medio también sufren las consecuencias de las olas de calor.

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Hanói, la capital del cada vez más turístico Vietnam, alcanza los 39º.

En Europa, los países mediterráneos tambien notan los efectos de la ola de calor que amenaza con reducir el número de visitantes en temporada estival a causa de las altísimas temperaturas.

Los termómetros a pie de calle de Roma, marcan 42º
En Palermo, las temperaturas alcanzan los 48º.
La Acrópolis ateniense se convierte en un alto con apenas espacios de sombra para refugiarse de un sol cada vez más inclemente.

Buscando refugio y alivio

En todo el mundo, las personas buscan refugiarse de las altas temperaturas o, al menos, aliviar sus efectos. Entrar en edificios para escapar del sol, beber agua fresca frecuentemente o acudir a la playa son los recursos habituales en aquellos lugares en los que es posible hacerlo.

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Mujeres que acuden con sus hijos a la playa en Argelia
En Phoenix, es habitual entrar en las iglesias para tratar de escapar del sol de la calurosa Arizona.

Phoenix, en Arizona, ha batido el record de días seguidos por encima de los 43,3 grados Celsius (110 grados Farenheit): ya acumula 19 jornadas por encima de esa cota.

Las botellas de agua fresca resultan un recurso imprescindible a la hora de visitar el Foro romano en época veraniega
Un joven de Phoenix, Arizona, prefiere emplear su botella de agua para mojarse la cabeza en lugar de beberla.

Cualquier recurso, por variopinto que resulte, es válido como alternativa al calor. Desde lanzarse por un ríachuelo a modo de tobogán, hasta meter la cabeza bajo el agua de una fuente.

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Un joven palestino trata de refrescarse en un pequeño canal excavado en Jericó

En todo el mundo, las personas se ven cada vez más afectadas por las olas de calor, tanto si estas les sorprenden de vacaciones como si se producen en sus jornadas de trabajo. En Irán, donde se han alcanzado los 67 grados, incluso las fuerzas especiales de la Policía que controlaban una manifestación se vieron desbordadas por las altas temperaturas.

Un miembro de la Policía iraní se refresca la cara mientras viste su uniforme y carga con el equipo pertinente.
Niños y niñas juegan en una piscina hinchable en la Franja de Gaza.
Alguien se refresca metiendo los talones en el agua de una fuente de Zagreb, en pleno centro de la capital croata
En la célebre Piazza del Popolo romana, alguien opta por meter directamente su cabeza bajo el agua

Consecuencias más allá del calor

La consecuencia más evidente y destructiva de las olas de calor es el aumento de incendios en todo el mundo. Las alertas por el riesgo de grandes fuegos se han disparado en el Mediterráneo pero también en California. En Grecia, las llamas se encuentran a treinta kilómetros de la capital, Atenas.

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Arriba a la izquierda, Moreno Valley en California. Arriba a la derecha, incendios en Francia. Abajo a la izquierda, un bombero trata de sofocar las llamas en Grecia. Abajo a la derecha, el incendio de Las Palmas

Pero incluso sin llegar a la devastación que provocan los incendios, el mero aumento de las temperaturas amenaza a la biodiversidad terrertre y marina.

En Kosovo, los osos que habitan el parque natural conocido como 'Santuario de los osos' requieren la atención humana para escapar del calor y obtener una dieta que les mantenga hidratados

Esa amenaza incluye tambien a los seres humanos, que vemos como las cosechas que nos sirven de alimento se ven malogradas por las prolongadas sequías y las temperaturas extremas

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Un agricultor en Irak muestra la cosecha que ha perdido a causa de las olas de calor. Una imagen que podemos encontrar repetida una y otra vez en cualquier país del mundo.
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